Desafío al equilibrio

Si se buscaba una prueba de fuego para buscar la cuadratura del círculo, Queiroz eligió bien. Hace unos años, con la tendencia de nuestro fútbol, muchos teóricos se hubieran mofado con la simple especulación de situar en el centro del campo a Guti y Beckham para acompañar a Figo y Zidane, con Raúl y Ronaldo arriba. Hubieran dicho que eso era, además de imposible, atentatorio contra el buen orden, el equilibrio y el correspondiente protagonismo que se les debe dar a los técnicos que se sientan en un banquillo. Ayer, ese fenómeno paranormal, ocurrió en el Bernabéu y no hubo hundimiento.

Digo que era la mejor prueba porque el Espanyol salió con una linea de cinco y otra de cuatro por delante de las narices de su portero. Diez defendiendo, repartiendo estopa, reculando. Partido para fajadores. Nada de caños ni taconazos. Pelea continua por buscar espacios. Partido de choque. También de paciencia. Beckham y Guti estuvieron sobresalientes en la brega. Supieron tirar de la manta hacia atrás cuando fue necesario. ¿Quién dice que los futbolistas técnicos no trabajan? Resultó tan irreprochable el planteamiento defensivo de los pericos como inteligente la forma de derribar el muro del Madrid. Dos formas de entender el juego, dos formas de vivir.