NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga de Campeones | Oporto 1 - Real Madrid 3

En Tierra Santa

Huele a Décima. Los presagios fetichistas se cumplieron y el Madrid exprimió el talismán de Das Antas para dibujar un triunfo que apunta hacia la final del 26 de mayo en Gelserkinchen. Ni las bajas de Beckham y Raúl (sólo jugó unos minutos) evitaron un triunfo justo e incontestable.

<b>ZIDANE REVIVIÓ A CAMAXHO</B>. Tras un encontronazo con Fernandes, la sangre de Zidane brotó de forma alarmante. Pero el marsellés, con un carácter propio de un crack, se vendó la cabeza a lo Camacho y puso firma al 1-3 final.
jesús aguilera afp, ap y reuters

Oportazo. Sólo les diré una cosa. Si me cuentan dos horas antes del duelo de Das Antas que Solari iba a hacer de 9 y que Raúl y Portillo iban a chupar banquillo, les habría improvisado una reflexión incendiaria pidiendo la cabeza de Queiroz y exigiendo que el portugués compareciese hoy ante el pueblo para dar explicaciones para semejante dislate. Pero el fútbol es tan grande y generoso como el interminable trasero de Borracha, el entrañable amigo de Ronaldo. Solari, un gaucho con coraje, personalidad y agallas, asumió su sacrificado rol de chico para todo para demostrar una vez más que, como dijo en cierta ocasión un sabio del conocimiento, "el fútbol es un estado de ánimo".

Mito escénico. Es curioso lo que sucede con el Real Madrid cada vez que pisa Das Antas, auténtica Tierra Santa para el madridismo romántico y sentido. Me pido el año que viene organizar una excursión, con peregrinaje incluido, para acceder a este estadio azul por fuera pero blanco por dentro. El Oporto ejercerá un nomadismo calculado para estrenar campo ‘5 Estrellas’ y fardar de casita de luxe. Pero Das Antas siempre quedará en el corazón de ese Madrid que ha ayudado a los dragoes a ser alguien en el foro de la Unión Europea del Fútbol (UEF). Si dejamos a un lado la Copa de Europa conquistada ante el Bayern en El Prater vienés en 1987, ¿quién demonios sería este equipo que es como una versión del Atleti con acento portugués? Por cierto, Manolete, no te ofendas. Más vale que te prepares para celebrar tu doblete del año 2004: la Décima del Madrid y el descenso a Segunda División. ¡Amigo, nos vemos en Ipurúa!

El Kaiser. Me veo obligado a rendir justicia de una vez a un futbolista que, si fuese mujer, me parecería la chica perfecta. Iván Helguera ha estado de baja tres semanas. No ha dado guerra, ha asistido en silencio a su infortunio y ha constatado el poderío de los Pavones de última generación. Raúl Bravo, un chaval condenado a triunfar gracias a su primer apellido, ha dejado claro que su hambre de gloria le permitirá lucirse en el puesto que sea. Pero Iván Helguera es un kaiser, un number one, un tipo que lleva la femoral junto al cuello por ese orgullo cántabro que le permite liderar cruzadas de alto calado. Por eso y cuando le dice Queiroz "pues chico, ahora debes ser el jefe del centro del campo", Iván obedece sin rechistar y, con una eficacia propia de la tecnología punta alemana, ofrece una lección de compromiso, calidad y aporte táctico.

Raulísimo. Es justo reconocer que cuando Raúl no está en el campo es como si fueras al Donostiarra y te dijeran que no hay chistorra. Una puñeta. Te falta el alma. Una tara que en otro equipo supondría una ruina, pero que en el Madrid no pasa de la frontera de la anécdota. Hablamos de la máquina de fútbol mejor engrasada de la historia. Ni Di Stéfano (ahora que no me escucha Relaño), ni Puskas ni Kopa. Este Madrid está concebido como si fuese el alumbramiento de la reina Noor de Jordania (siempre la vi como una diosa virginal y perfecta). Otro apunte. El restaurante Tras Os Montes, un portugués imperial situado en la zona norte de Madrid, sirvió para alimentar el conjuro de una victoria cantada. Un, dos, tres. ¡Bacalau!

¡Ozú, zizou! Sin lugar a la duda, Zinedine Zidane es mucho más que un jugador. Es el auténtico maitre del fútbol del siglo XXI. Una mala noche en Mestalla hace pensar a los hombres de poca fe que está acabado y viejo. Pues miren, esto es como si le hubieran dicho a Picasso que tenía que respetar los cánones a la hora de plasmar su talento sobre un lienzo. Zizou, al que le sientan los vendajes craneales mejor que a Camacho, está en otra esfera del conocimiento. No es un marciano, pero juega como si sus acciones se televisasen en Urano. Simplemente, es la piedra angular que moverá el Sol sobre el que girará el fútbol hasta el año 2006. El gran Aimar, como el cielo, puede esperar. Pero llegará.

1.500 fieles. Los 1.500 madridistas que fueron a Das Antas volvieron felices. Ellos son los glóbulos rojos y los leucocitos de la Décima. ¡Grandes!