Selección optimista, selección triste

Las casas de apuestas dan a España favorita para el Oro en el Eurobasket de Suecia. Y al grupo no le asusta. El grupo, cuya base está en aquellos juniors de oro de Portugal 99, sonríe confiado ante una posibilidad que no rechaza, pero que tampoco le abruma. Tienen el aire de esa España joven, fortalecida por la experiencia de Barcelona 92, cuando todos descubrimos que no había por qué perder por sistema. Ellos eran entonces niños y ya incorporaron esa seguridad a toda su carrera deportiva. Sus condiciones naturales y el buen trabajo de la Federación hicieron el resto.

Así que este es un equipo ganador, con una perla, como Gasol, que coge la selección con ganas. A Gasol, en Memphis, le cabe aquello del chiste del ya desaparecido pero nunca olvidado Eugenio: "Me encanta jugar al baloncesto y perder" "¿Y ganar?" "Ganar debe de ser la leche, tú". Esto no son los Gremlins de Memphis, como los llama Tomás Guasch, sino la selección española, un buen equipo que ganó a Yugoslavia y a Estados Unidos en el último Mundial, que en Turquía pudo hacer más si no llega a sufrir un atraco y que aún acaricia orgullosa aquel oro junior de hace cuatro años.

Para mí, la selección es la cara buena del baloncesto español, cuya Liga ACB no termina de contentarme. Me pasa lo contrario que en fútbol, donde pienso que tenemos una excelente Liga de la que se desprende como patito feo una selección desconfiada y temerosa. "No me siento cuestionado", dijo ayer Iñaki Sáez, y al decirlo ya nos hace sentir que sí, que está cuestionado. Y toda la ilusión y optimismo con que miramos hacia Suecia, se nos vuelve aprensión cuando pensamos en ese fútbol que no tiene siquiera plaza segura para la próxima Eurocopa, en Portugal. Tan cerca y tan lejos.