Soldaditos de plomo

Definitivamente es un problema de coco. Cada temporada se repite la misma historia. Rival que motiva poco, escenario modesto, ausencia de algún titular (ayer Ronaldo y Roberto Carlos) y decepción asegurada. A diferencia de otras ocasiones, Michel Salgado y su casta pusieron en evidencia los problemas de motivación de otros compañeros. Si él puede, el resto deberían poder. Si él tira un desmarque y propicia una ocasión de gol, otros lo podían haber intentado. Si él mete la pierna como el pasado sábado en el Santiago Bernabéu, se antoja que los otros también pueden hacerlo.

Si no pagaron por ver en la televisión, con la crónica de Juanma Trueba saldrán de dudas. Si aún les quedan algunas, repasen cualquier partido de Huelva, Pamplona o Villarreal de la temporada pasada. Pues un calco de aquello. Fácil describirlo, pero también muy difícil explicarlo.

Y entre los escaqueos involuntarios, no busquen en el grupo de los Pavones. Esos cumplieron con su papel segundón dignamente. Ellos no tenían que desequilibrar el partido. Siempre se ha dicho que las Ligas se pierden en partidos como el que nos ocupa. La solvencia del Real Madrid en casa le ha salvado dos de los tres últimos años pero, nunca se sabe. Antes del partido, Queiroz aseguró que esto era como un ejercito, que en los entrenamientos todos parecían buenos pero, que cuando llega la guerra, el partido, unos son buenos y otros malos. Si lleva al pie de la letra tal aseveración casi filosófica, debería dejar en el banquillo la próxima jornada a más de un titular consagrado. O eso, o resignarse sabiendo que soldado que huye sirve para la siguiente batalla.