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Supercopa | Real Madrid 3 - Mallorca 0

Becks & Marte

El debut que seguramente soñó Victoria para su amado David. Partido redondo, gol magnifico de cabeza y todo el Bernabéu rendido a su nuevo galáctico.

<b>DEBUT TRIUNFAL</B>. Beckham tuvo un estreno feliz en el Bernabéu. Muchos niños llevaron su camiseta en las gradas.
Jesús aguilera, felipe sevillano, a. aparicio, carlos martínez y chema díaz

Marte a la vista. Mira por donde, tanto hablar de la Galaxia y al final vamos a salir todos los profanos con un cursillo de Astronomía en la mochila de nuestros humildes conocimientos. Que sepan que ayer, a eso de las 12 de la mañana, el Planeta Rojo, Marte para los amigos, alcanzó su punto de mayor cercanía hacia la Tierra desde los tiempos en los que el hombre daba garrotazos a su hembra para hacerla entrar en razón y cazaba mamuts a pedradas. Nos cuentan los científicos que Marte gritó "Tierra a la vista" a una distancia de 55.700 kilómetros. Habrá que esperar hasta el año 2287 para vivir algo igual. Por eso, la Galaxia madridista es más creíble y más nuestra. No es preciso fiarlo tan largo para disfrutar de sus exquisiteces, aunque el Queiroz System sigue en obras (como el Bernabéu) y precisa de tiempo y paciencia.

Raúl for ever. Lo que es evidente es que Zidane, Roberto Carlos y Raúl podrían pasar a denominarse Los Ángeles de Charly (me refiero a Carlos... Queiroz). Este tridente fabricó un gol terapéutico, merecido y salvador cuando el 0-0 y el atasco provocado en el centro del campo permitían pensar a los más agoreros que Vicente del Bosque, tan feliz en la grada como madridista de bien que es, terminaría siendo coreado por ese graderío que en el Bernabéu es un gigantesco Tendido del 7, porque siempre parece tener dispuesto el pulgar para apuntar hacia abajo. Si queremos frivolizar la escena podría rescatar lo patético que resultó horas antes ver a Harrison Ford preguntar en el Ritz cómo se llamaba ese equipo que patrocina ahora Colombia Pictures.

De cine. Manolete, qué bonito está eso de darle la insignia de oro y brillantes de tu querido Atleti a este yankee que no sabe si el Calderón es un teatro, un estadio o una guardería. Y a Kiko, Pantic y compañía que les den. Pues ya que os ha dado este año por tirar de filmografía, propongo varios títulos para esta Supercopa galáctica y radiante: Como Dios (así se quedó Queiroz tras la victoria); No sabe, no contesta (por Makelele, que se está haciendo el lonchas preparando su fuga londinense); Esquía como puedas (por O Rei Zidane); La última noche (por Ibagaza en su epitafio bermellón); El Señor de los Anillos (cómo no, por Raúl, eterno...); Gato negro, gato Blanco (por Etoo y Raúl Bravo, que lo dejó seco). Y acabo con El jardín de la alegría (por ese Madrid cuyos jugadores celebraron el título como si fuese la Décima. Vamos, igualito que el funeral de la Liga del Txistu).

Va por ti, Brooklyn. El rubio más aseado que ha defendido el escudo del Real Madrid desde Gunter Netzer tuvo un debut feliz en su nuevo hogar. La afición (salvo los Ultras Sur, que dieron la nota y abandonaron vergonzosamente la nave para protetsar porque se les ha acabado la barra libre) se lo pasó bomba con David Beckham, mucho más que un símbolo de la posmodernidad. Su hijo Brooklyn, ataviado con su camiseta blanca y ondeando una bandera como si fuese un vikingo de toda la vida, y la hermana de Becks (una rubia frondosa, jugosa y digna sister de un crack), compartieron happy night en hora y media que jamás olvidarán por su significado. Cuando este rey del star system colocó su perfumada y cotizada melena para dibujar el 3-0, llegué a la ingenua conclusión de que, efectivamente, este chico de los suburbios londinenes sólo ha venido aquí para vender camisetas. Como Zidane y Ronaldo. Todos unos tuercebotas...

Iker & Ibagaza. La recta final de esta blanca Supercopa ratificó dos evidencias apriorísticas. Sospechábamos que Ibagaza iba a cumplir el expediente con dignidad. Y así fue. Sin más. Hoy será atlético y nadie podrá reprocharle nada. Segunda sentencia. Iker Casillas es, con diferencia, el mejor portero que habita en las porterías de este planeta. Hizo tres vuelos sin motor que sólo están a la altura de un elegido, de un niño nacido para hacer feliz a la raza humana. A Iker nadie le saca de sus casillas, ni siquiera aquellos que desde dentro del club dudan de él. Tranqui, nene, acabarán rendidos en tus brazos de mangas recortadas. Esta Supercopa es tuya chaval. Una más...