Ibagaza, esta no es tu guerra

No me negarán que resulta sorprendente que esta noche vaya a defender Ariel Ibagaza el escudo del Mallorca. Los madridistas de bien nunca han buscado excusas pueriles para justificarse, pero no es coherente que el geniecillo bonaerense (sólo mide 165 centímetros, pero su fútbol es tan grande como el Empire State Building) vaya a plantar hoy cara a ese Madrid de Queiroz que ofrecerá seguramente la mejor cara en este verano de luces y sombras para el cultivado sucesor de Vicente del Bosque. Pensaba yo que el Atleti estaba mareando la perdiz con tal de que Ibagaza hiciera la puñeta al Madrid en forma de Supercopa amarga y garrafonesca. Pero Manolete me jura por su honor (lo miro a los ojos y lo creo) que ha sido cosa del Mallorca y que ellos apechugan con los riesgos de lesión.

Por eso no conviene darle más vueltas. El Caño se comportará como un buen profesional, pero le aconsejo que sea inteligente y defienda el pecunio de su familia no arriesgándose de forma suicida para morir por una bandera que dejará de ser la suya a partir de la medianoche. Él ya es un atlético en toda regla y debe pensar más en su gente. El fútbol es ingrato y nadie le agradecerá que hoy acabase con su rodilla maltrecha o un tobillo lastimado por dejarse la piel en el envite. Además. con Caño o sin él, me cuenta un peso pesado del vestuario galáctico que ante los isleños hay afán de revancha. "Somos el Madrid y llegó la hora de cerrar bocas". Eso me gusta. Que jueguen, disfruten, deleiten y adornen el estreno de Beckham en su nueva casa. Ganar o ganar. Más nos vale...