El Madrid recupera la simetría

Queiroz organizó ayer lo que en teatro suele llamarse un ensayo general con todo. Partidillo de verdad (aunque más corto en duración), once contra once, con público entusiasta. Y enseñó sus cartas. A un lado, para dar satisfacción a la curiosidad general, alineó a los once titulares. Y al otro lado, a los demás. Como hay veinticinco, sobraban tres. Aparte del tercer portero, Carlos Sánchez, se quedaron fuera Macca y Munitis, aunque entraran después en el equipo suplente. Serio aviso de que sobran. Y aún sobran otros, porque ya ha dicho que sólo quiere veintiuno.

Pero el interés estaba más en el primer equipo, el galáctico, y en la fórmula de alineación. Bueno, pues Beckham jugó a la derecha y Figo a la izquierda. Beckham jugó donde solía hacerlo en el Manchester, pegado a la banda, donde lucen más que en ningún sitio sus incomparables centros. Figo se va a la izquierda. Se pierde su centro con la derecha, magnífico, pero inferior al de Beckham, y se gana simetría para el equipo, se corrige hacia el centro la posición de Zidane y se aprovecha la facilidad que tiene Figo para explotar su talento también ahí, en entradas en diagonal.

Arriba quedan Raúl y Ronaldo. Y detrás, entre tanto galáctico y esa defensa con expertos fuguistas (Michel Salgado y Roberto Carlos), Makelele, que se queja: "Tendré que partirme por cuatro", dice. Y sin embargo pienso que él va a salir más beneficiado que nadie del nuevo modelo, que al recuperar la simetría hará que los espacios a barrer por su infatigable presencia sean más previsibles, más abarcables. La ventaja del modelo del año pasado era que todos jugaban donde mejor podían expresar sus condiciones. La ventaja del de éste es que con el sacrificio de Figo, todo quedará más ordenado.