Lo urgente es esperar

Cada vez veo más claras las bondades del modelo impuesto por Florentino, eso que se conoce por el slogan de Zidanes y Pavones. Cada verano vuelven como las golondrinas los jugadores que con trabajo y pérdidas económicas Valdano colocó el verano anterior. Vuelven y de nuevo demandan su plaza, o hay que buscarles otra cesión (pagando en muchos casos parte o toda la ficha), de la que a su vez regresarán el verano próximo preguntando qué hay de lo mío. Más los suplentes habituales, de profesión suplentes y encantados de serlo hasta que se acaben sus contratos.

Así ocurre que Queiroz, que quería una plantilla corta, ha tenido que cargar hasta China con Cambiasso, Munitis y Celades, llamados a ser nadie en el equipo. Y con Morientes, para el que aún no se ha encontrado salida. Y con Julio César, disfrazado de cuarto central. Y a cambio de eso Borja se ha tenido que quedar en Madrid, y es una pena. Como se han quedado, porque están a la expectativa de destino inmediato, Rodrigo, Congo, Tote y Flavio. Y Valdano está que echa humo, tratando de colocar tanto sobrante, jugadores de contratos altos en un mercado que ha hecho crisis.

He citado a Flavio. Fue el único error de Florentino en este sentido. Se lió tan gorda cuando vendió a Redondo que se dejó aconsejar mal y se precipitó. Entonces fue cuando decidió que ya sólo compraría Zidanes, que dan resultado seguro en lo deportivo y en lo económico. Por eso mira ya con tanta calma lo del central y ha dicho que de momento ahí tenéis a Julio César. Sólo cuando se alivie la plantilla en número y en dinero, dará su brazo a torcer. Pero mientras eso llega, no deja que le metan prisa. "Lo urgente es esperar" es una de las frases célebres que dejó Pío Cabanillas padre. Pues eso.