Ronaldinho: hasta aquí llegaron las aguas

Laporta necesitaba algo así, antes de que el reloj empezara a correr en su contra. La llegada de Ronaldinho es un cero a la derecha que engrandece los fichajes anteriores, avala la serena cautela de sus primeros pasos y le libera del compromiso contraído ante la afición de incorporar un gran crack mediático. Dicho de otra manera, está solucionado lo de Beckham. La mancha de la mora con otra verde se quita. Ronaldinho es una estrella rutilante, a la que aspiraba el Manchester y que el Madrid tenía como próximo objetivo. Su incorporación al Barça es un éxito en toda la línea para Laporta.

No cabe duda de que el nuevo presidente culé ha conseguido trasladar la confianza que obtuvo de los socios a toda la sociedad catalana, y en particular a los estamentos financieros. El Barça tiene un agujero económico tremendo y a la anterior junta se le habían cerrado tanto las puertas en la ciudad que la situación era insostenible. Eso ahogó a Gaspart y condujo a las elecciones. Laporta y su equipo de jóvenes cachorros convergentes, animosos y bien formados, han conseguido que las ventanillas de los bancos se vuelvan a abrir para el Barça. Que está mal, pero tiene crédito.

Ronaldinho es un jugador grande, pero además su llegada tiene una significación especial: rompe la tacada del Madrid (Figo-Zidane-Ronaldo-Beckham...) que Florentino parecía decidido a continuar con el propio Ronaldinho. El PSG ya tenía oferta en firme sobre la mesa para la temporada próxima. El Barça ya puede decir que hasta aquí llegó la riada y confiar en que desde ahora bajará la inundación que ha sufrido en las tres últimas temporadas, en las que todo ha contribuido a un desequilibrio espectacular a favor del Madrid. Laporta está en el buen camino.