Yo digo J. J. Santos

Obligaciones de una estrella

J.J.Santos
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Mucho poner en duda sus dotes de futbolista porque se pasa el día vendiendo todo tipo de artículos con su imagen y resulta que en diez minutos, en fecha tan señalada como la de su presentación, Beckham ha dejado claro lo que debe hacer un jugador de fútbol de su nivel. Sonreír, atender a todo el mundo, incluida la Prensa, saber reaccionar ante la petición histérica de un niño (ya lo hizo Zidane en el Bernabéu) y mostrar modales ejemplares, educación exquisita. Viendo al paciente David repartir sonrisas y cariño al millar de aficionados que se congregó en la Ciudad Deportiva, daba la impresión de que estaba celebrando el título de Liga con dos semanas de retraso. Hemos pasado de las caras de funeral, al profesional que tiene entre sus compromisos principales transmitir alegría a los que le rodean.

Me quedo con esos detalles, no por molestar a otros jugadores, sino como referente de lo que debe ser el fútbol profesional de hoy día cuando hablamos de gente que mueve millones de voluntades e ilusiones. El niño que ayer recibió la camiseta de manos de Beckham puede que estuviera en el Santiago Bernabéu el día que se ganó al Athletic de Bilbao, y puede que llorara esperando que sus ídolos salieran de nuevo a celebrar el título. Ese mismo niño, al día siguiente, seguro que vio las imágenes de la famosa cena. Y apostaría a que no entendió absolutamente nada. Tras la demostración de saber estar del nuevo fichaje del Real Madrid, bueno sería que se tomara nota para el futuro. No hay cabida para celos ni para enfurruñamiento de adolescente. Por eso no les pagan.

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