NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La final humilde escondía una perla negra

La final humilde tenía escondida una perla negra, y cuando la mostró dejó de ser humilde. Y acabó siendo una final grande, hermosa, plena y para recordar. Para recordar con el nombre de la final de Etoo. Fue la Copa que se le debía al Mallorca, y que el Recre quiso ponerle difícil, pero no pudo. El Recre tiene lo que tiene, no está para tirarlo, y como tiene poco ahorra quizá demasiado. Sólo cuando se atrevió a juntar a Xisco con Raúl Molina tuvo apariencia de peligro. Incluso marcó un gol, pero no se lo validaron por una de esas minucias de Rafa Guerrero. Discutible anulación.

Pero con Xisco o sin Xisco, con ese gol o sin ese gol, el Recre estaba sentenciado porque sobre el campo había un jugador superior: Samuel Etoo, el mismo que esta tarde veremos en la final de ese engendro ideado por Blatter, la siniestra y gafe Copa de las Confederaciones. Etoo se movió bien en la primera parte, en la que ya fue víctima del penalti que abrió el marcador. Pero estalló por completo en la segunda, en la que marcó dos goles, el segundo colosal, hizo otras jugadas de mérito y peligro y hermoseó una final que acabó por dejarnos en la retina la memoria de un buen espectáculo.

Póngale a un jugador velocidad y técnica y tendrá un gran jugador. Póngale además ganas y tendrá un crack. Y crack es Etoo, que a su clase natural añade ese entusiasmo que vimos anoche, que le llevaba a pelear, ya al final y con tres a cero en el marcador (y con un avión esperándole para llevarle a París) como en los primeros tramos del partido. Anoche se ganó un sitio en el santoral de nuestro fútbol y una estatua en Palma de Mallorca. El Madrid lo vendió por 2.400 millones. Puede recuperarlo por la mitad. Visto el partido de anoche, merece la pena que se lo piensen, ya que este año se va a rotar.