Beckham: mucho más que un Spice Boy

Ya es oficial: Beckham será del Real Madrid el próximo 2 de julio. Otro galáctico para una colección suprema que llena el Bernabéu cada semana: Raúl, más Ronaldo, más Roberto Carlos, más Zidane, más Figo, más Beckham... Y Casillas, y Helguera, y otros. ¿Alguien da más? Tan extraordinaria es la constelación de estrellas que a algunos les retumba su gloria en la cabeza y dudan sobre si esto es de verdad un equipo de fútbol o un agregado de mercadotecnia de última generación. La llegada de Beckham, más galáctico que cualquier otro, aumenta sospechas en este sentido.

Pues yo que soy un clásico les digo aquí y ahora que este Madrid es un equipo de fútbol, no un grupo allegado para vender camisetas. Aunque las vendan. Ronaldo ha metido una pila de goles; Figo se enfurece cuando se confunde; Zidane levanta al público de sus asientos ; Raúl juega con la furia de un novillero. ¿Y Beckham? No sé si su mujer es una pija. No la conozco. Sé que él es tan guapo como Brad Pitt y viste lo último que sale de la mejor de la factorías de la moda. Pero también sé que se entrena como un titán, es fuerte, la toca con la derecha como los ángeles y es un ganador.

Y, ojo: viene huyendo de Ferguson. Como Ronaldo vino huyendo de Cúper; o Zidane de Lippi; o Roberto Carlos de Hodgson. Florentino, que empieza a creer que sabe de fútbol porque vendió un solar heredado de Bernabéu y con ese dinero se compra galácticos a tutiplén, ya piensa que Del Bosque se le queda pequeño y ha pedido que le busquen a otro. Bueno, pues que se lo busquen. Pero antes que le busquen otro profesor de inglés, porque never, never, never no quiere decir ya veremos. Y no es convienente que al presidente del Real Madrid se le pueda llamar a la cara embustero.