El Athletic está haciendo algo innoble
La forma en que el Athletic se está conduciendo en el desagradabilísimo caso Gurpegui colma ya mi paciencia. La última traca ha sido el planteamiento inaudito de que para demostrar que Gurpegui genera nandrolona por sí solo de forma natural hay que inyectarle previamente una de esas sustancias diabólicas que Padilla maneja con tanta soltura. Con esa embajada llegó el Athletic el jueves al CSD. Llegó a las siete de la tarde, después de haber cambiado la cita, fijada previamente a las doce de la mañana. Cambio aceptado por la infinita paciencia del CSD en este caso.
Toda la actitud del Athletic en este caso resulta de una trapacería repugnante. En atención a lo que es y significa el Athletic se están haciendo unas excepciones descomunales en el tratamiento de un caso de doping mondo y lirondo. Todo resquicio legal, todo plazo agotable, toda posibilidad de dilatar el caso, están siendo utilizados por el club que en estos días aciagos maldirige Zubizarreta, por enfermedad grave de su presidente. Del brazo de Padilla van de aquí hacia allá, procurando sólo salvar semana tras semana la ignominiosa presencia de Gurpegui en las canchas.
El gran argumento era el de que el jugador generaba de forma natural la nandrolona en su organismo, descubrimiento de Padilla avalado por un amiguete de la Universidad de Extremadura. Pese a un informe del laboratorio de Montreal que descalifica ese informe en los términos más duros, el CSD estaba dispuesto a comprobar si Gurpegui es un mutante. Y después de mucho discutir y regatear sobre dónde y cuándo discutir dónde y cuándo se hará la prueba, sale ahora Padilla diciendo que tiene que inyectarle previamente no sé qué siniestrez. La impunidad lleva al descaro.