Imposible no es francés
En mi país, más allá de los Pirineos, existe un viejo refrán que dice Impossible nest pas Français (Imposible no es francés). Significa que cuando hay un galo de por medio, todas las posibilidades están abiertas. Así que ver sentado a Arsène Wenger la próxima temporada en el banquillo del Real Madrid es algo más que creíble. En mi humilde opinión, Vicente del Bosque sigue siendo el entrenador ideal para el club blanco pero el que decide se llama Florentino Pérez. Y está claro que el presidente madridista ha puesto sus ojos en el técnico francés. No se puede dudar de que el interés sea mutuo pero la clave de lo que sería el fichaje estrella del verano está en una de las cualidades humanas de Wenger: su fidelidad.
Hace siete temporadas, el Arsenal apostó fuerte por este entrenador y él mismo supo ganarse el apoyo de todos incluso cuando los resultados del club en la Liga de Campeones no cumplían con las expectativas. Wenger le debe al Arsenal una gran parte de la fama internacional en la cual se está fijando ahora el Madrid y nunca irá en contra de los intereses del club londinense. Sin embargo, hoy parece que la salida del técnico galo no sería un drama para el Arsenal, a pesar de que ha ganado con él este año otra Copa de Inglaterra. Su situación económica es muy complicada y unos accionistas opinan que la entidad debe hacer caja. Futbolistas importantes como Vieira, Henry o Wiltord han seguido ahí porque estaba Wenger. Sin él, estarían dispuestos a escuchar ofertas millonarias. Un dineral que le vendría muy bien al Arsenal. Así que de "imposible no es francés" a "probable es español" sólo hay un paso...