Gurpegui en su laberinto

Apelación levantó ayer la suspensión a Gurpegui. La levantó de un modo un poco sui géneris. Diciendo algo así como que ya veremos, pero de momento que vuelva a jugar. Así que jugará. Es la segunda vez que obtiene la cautelar después de haber sido suspendido. Y recordemos que el hecho se remonta al primer partido de esta Liga que está terminando. Recordemos también que el desastre arranca del retraso en que incurrió el laboratorio para examinar la muestra. Así está nuestro sistema antidoping. Así está nuestro sistema de administración de justicia deportiva.

Y mientras, el CSD anuncia que ha decidido tomar en consideración la petición del Athletic sobre el caso. Ya saben: el Athletic (mejor su médico, Sabino Padilla) dice haber descubierto que el jugador genera la nandrolona por sí mismo en determinadas condiciones de fatiga y de estrés, justo las condiciones que se producen en un partido. Pide que se le examine antes y después de un partido, para demostrar que eso es verdad. El Consejo está por fin dispuesto a hacer esta prueba bajo el control de un laboratorio del COI. Pero el Athletic ahora muestra reticencias.

Se queja Zubizarreta de que eso se ha dicho a la prensa, y no directamente a ellos. De que por qué ahora y no antes. Y dice que ya veremos. ¿Ya veremos? ¿Cuando está en juego una sanción de dos años a Gurpegui dicen ya veremos? ¿Cuando el CSD está haciendo tan tremenda excepción dicen ya veremos? Quizá influya que el CSD le ha hecho llegar al Athletic que no hace falta que su médico esté presente en la prueba. No lo ven necesario. Yo tampoco. Yo preferiría que al tiempo que la nueva prueba de Gurpegui se le hiciera otra a Sabino Padilla: en la máquina de la verdad.