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Copa de la UEFA | Celtic 2 - Oporto 3

Una Copa de Oporto

El equipo luso gana la UEFA en la prórroga. Decidieron la genialidad de Deco y el oportunismo de Derlei

Eduardo Torrico
<b>COMIENZO DE LA FIESTA</B>. Los jugadores del Oporto levantan la Copa de la UEFA. Era el inicio de una noche larguísima en Sevilla.
m. a. morenatti

La Copa estaba llena de vino. De vino de Oporto, por supuesto. Dieciséis años después, el equipo portugués conquistaba otro título continental. Y lo hacía con todo el suspense propio de los grandes acontecimientos futbolísticos: Derlei marcaba el gol de triunfo en el segundo tiempo de una interminable prórroga. El Celtic fue un digno rival, pero evidenció todas las carencias que padece en la actualidad el fútbol de las Islas.

Desde el primer momento Celtic y Oporto dejaron bien claro cuáles eran sus cartas. Los escoceses, fieles a ese estilo británico cada día más infrecuente, buscaban a Henrik Larsson con pelotazos largos o le entregaban el balón a Agathe para que subiera por la banda derecha y centrara al área pequeña; los portugueses, latinos ellos, optaban por pases cortos y un fútbol de control, en la confianza de que una invención de Deco en los metros finales desatascara la recia defensa rival.

Tras una media hora inicial de lo más insulso, Deco empezó a hacer de las suyas. Primero (minuto 33) fue un tiro no demasiado potente que detuvo Douglas. Luego (minuto 42) fue un sombrero a Balde, con disparo final que desvió a córner Douglas como buenamente pudo. Y, para concluir el primer tiempo (minuto 46), un pase por encima de los tres defensas verdiblancos que Alenichev empalmó con la pierna izquierda; el rechace fue recogido por Derlei, que no desaprovechó la ocasión para adelantar al Oporto en el marcador.

Si a los lusos les había funcionado su plan, también les funcionó a los escoceses el suyo tras el descanso, porque un centro de Agathe al segundo poste fue magistralmente cabeceado por Larsson para empatar. Ahí se volvió loco el partido. Alenichev, en otra genialidad de Deco, puso de nuevo en franquía al Oporto, pero tres minutos más tarde Larsson, de nuevo de cabeza, dejaba las cosas en tablas, con las que acabarían los noventa minutos reglamentados.

La prórroga fue como todas las prórrogas: emocionante, pero de escasa calidad. El Oporto se aprovechó de su superioridad numérica y el gol postrero de Derlei vino a hacer justicia.

Desmayo del presidente

Una final siempre depara fuertes emociones. El Oporto conquistó su primera Copa de la UEFA y su presidente, Jorge Nuno Pinto da Costa, estuvo a punto de perdérselo. Ya en la prórroga, con el partido empatado a dos y pendiente del gol de plata, sintió un fuerte dolor en el pecho y tuvo que ser atendido en el mismo palco por los servicios médicos del Estadio Olímpico. Se restableció a tiempo y participó en la fiesta.

El sol impedía ver la pantalla

Miles de aficionados del Celtic y del Oporto se quedaron sin ver la primera parte por la falta de visibilidad en la pantalla gigante instalada en el Prado de San Sebastián. Ante la falta de visibilidad y al escucharse la narración en español de los comentaristas de TVE, varios seguidores del Celtic se convirtieron en locutores y narraron por dos micrófonos lo que iba sucediendo desde un pequeño monitor de televisión.