Primera | Barcelona 1 - Mallorca 2

¡Qué venganza!

El Mallorca se tomó cumplida revancha del 0-4 de Son Moix, se engancha a la UEFA y condena al Barça. Ibagaza, estelar

<b>LA UEFA SE LES VA DE LAS MANOS</B>. Ganó el Mallorca y el Barcelona dio dos pasos atrás en la carrera por una plaza europea.
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Dicen que la venganza se sirve fría. Ayer fue caliente, como un buen bocadillo de ensaimada mallorquina. El famoso 0-4 de Son Moix en la primera vuelta (sí, aquel de las expulsiones de Novo y Etoo, el que hubiese sido el fin anticipado de Van Gaal si Joan Gaspart se hubiera atrevido a fichar a Carlos Bianchi) tuvo ayer su segundo acto en el Camp Nou. Cambiaron las tornas y el Mallorca se tomó cumplida revancha ganando por 1-2.

La trabajada victoria balear tiene efectos devastadores para un Barça que cada día está más condenado a jugar la Intertoto. Con la derrota de ayer, el deslustrado equipo de Antic perdió el penúltimo tren para la UEFA. Se queda con 44 puntos tras dejar escapar ¡22! en su estadio. Así es imposible ser europeo. Por contra, el triunfo pone al Mallorca en el vagón uefero, porque se coloca con 47, a uno sólo del Athletic. Anoche, en un Camp Nou con media entrada y descompuesto, sumó su punto número 25 fuera de casa (¡tres más que los logrados en Palma!) y aspira a todo.

Pronto se vio de qué iba a ir la cosa. Después de dos llegadas que desbarató con acierto Miki, el Mallorca mostró que se había tomado muy a pecho su vendetta y que no estaba dispuesto a salir del Camp Nou sin poner todo su ardor. Manzano colocó muy bien a sus hombres y estos cumplieron con creces. Acortando el campo a una zona de 40 metros, rompiendo la circulación del balón azulgrana con presión y esfuerzo compartido, desbarató la mayoría de los intentos locales por acercarse a un Miki muy seguro. Sólo Saviola y Luis Enrique lograron salvar el cerco en contadas ocasiones, pero las llegadas más peligrosas se dieron en el marco de Víctor Valdés. Apoyados en una sólida cobertura y un consistente centro del campo, Ibagaza y Etoo complicaron la vida a la novedosa zaga culé, privada de los sancionados Puyol y De Boer.

El gol mallorquinista llegó, aunque de la manera más tonta. Sorín despejó mal a los pies de Novo y éste chutó; el balón iba fuera, pero tocó la pierna de Kluivert y descolocó a Valdés. Novo se tomaba así su venganza particular, ya que en el famoso 0-4 había sido el primer expulsado.

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Como las cosas no podían seguir así, Antic decidió sacar al campo a Riquelme para ver si alguien asumía el mando en un Barça sin líder y falto de ideas ofensivas. Se notó en el ataque, sí, pero el Mallorca, a la contra, se hizo incluso más peligroso en la segunda parte. Riera seguía marchándose de Gabri, e Ibagaza y Etoo llegaban cada vez con mayor nitidez. El camerunés, que quería emular a Novo (fue el segundo expulsado en Son Moix) llegó a plantarse dos veces más delante de Valdés, pero el guardameta le ganó la mano. De la misma manera, en el otro área, Miki impidió a Saviola, el más incisivo de su equipo, poder batirle.

Pero cuando en el Camp Nou se mascaba el 0-2, el Barça logró empatar. Uno de los pases magistrales de Riquelme lo aprovechó Gabri para ponérsela a Kluivert. A partir de ahí, el encuentro se rompió y las ocasiones se alternaron en ambas porterías. Cualquiera podía marcar o ser marcado. Fue el Mallorca, más puesto, quien lo logró. Ibagaza, de nuevo el mejor, sirvió un antológico pase a Carlos que puso el RIP al Barça.

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