liga y federación | crisis y apuesta por el futuro
Villar se queda solo en la Ciudad del Fútbol
Presentó la nueva casa de la Selección. No acudieron representantes del Gobierno, ni de la oposición, ni la mayoría de los presidentes, ni la LFP
Ángel María Villar presentó el final de obra de la Ciudad del Fútbol, instalación ubicada en la localidad de Las Rozas (Madrid), que se convertirá en la sede de la Selección nacional y de la propia Federación. Su superficie es de 120.000 metros cuadrados y está dotada de cuatro campos de fútbol (dos de césped natural, con gradas y pista de atletismo anexa, uno artificial y otro mixto), un pabellón cubierto, residencia para jugadores, centro médico y un edificio para oficinas. Se espera que empiece a funcionar a partir de septiembre, cuando se terminen los últimos retoques
El acto se vio deslucido por destacadas ausencias de invitados notables, como la del secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez-Angulo, que excusó su presencia por estar comprometido con la Fundación Ferrándiz a esa misma hora, o la de la candidata popular a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (en su etapa de ministra de Educación impulsó el proyecto). También faltaron la inmensa mayoría de los presidentes de clubes y el de la LFP, Pedro Tomás, y los concejales del PSOE. El coste, que cuando se convocó el concurso de adjudicación se fijó en 24.000.000 de euros, se elevará a 46.000.000, según reconoció el arquitecto, Gerardo Ayala, para quien el incremento sólo ha sido de seis millones, "según mis primeras previsiones. Esto se ha debido a cuestiones de infraestructuras". El CSD aportará 12 millones. El Madrid se entrenará aquí la próxima temporada, mientras se construye su futura ciudad deportiva.
"La mejor instalación del mundo"
Ángel María Villar manifestó que se trataba, "sin ningún lugar a la duda, de la mejor ciudad deportiva del mundo", e Iñaki Sáez resaltó "el valor que tendrá esta obra para nuestra cantera. No iremos de prestado". El director será el actual seleccionador de fútbol sala, Javier Lozano. La anécdota la protagonizó el alcalde de Las Rozas, De Santiago, que advirtió que el único problema era "que la zona colindaba con un bosque frecuentado por jabalíes, y alguno podría colarse".