«Un diez a la celebración del Centenario. Un diez a Enrique Cerezo, vicepresidente del club y presidente de la Comisión del Centenario. Un diez a la afición, que salió a la calle, alegre y dispuesta, a manifestar su pasión, su gusto por la fiesta, por la amistad, por el cariño a los demás, por el amor a una idea. Matrícula de honor a Paco Almarza y a Suki, inspirador y alma mater de esa descomunal bandera que invadió Madrid y que lleva al Atlético de Madrid al Guinness en la modalidad del amor. No era fácil y sí arriesgado poner en marcha una iniciativa así. Y salió de maravilla.

«Y un diez a Telemadrid, que estuvo a la altura de las circunstancias. Y tampoco era fácil. Un día entero en la calle, transmitiendo un acto que podría resultar repetitivo si no fuera por la ilusión que el canal autonómico volcó en él. Al talento con que iluminó cada detalle, con que recogió cada declaración. Una tarea con la grandeza de las cosas sencillas y que supo llevar a todas los hogares de su zona de influencia esa fiesta viva, abierta y sana con que el Atlético celebraba su cumpleaños. Desde la bandera gigante a la Patrulla Águila, pasando por la paella, los veteranos y lo que quieran.

«Y suspenso al primer equipo, que falló en lo esencial. Arrastrado por las distracciones del día, desperdició la primera parte, en la que se tumbó a la Bartola. En la segunda apretó pero no tuvo acierto. Sé que esta derrota la esperaban muchos, para alimentar la leyenda de malditismo que tanto se ha exaltado estos días, a mi juicio exageradamente. También Barça (ante el Atlético precisamente) y Madrid perdieron en su día. Pues no tuvo gracia para sus aficiones, como no lo tuvo ayer para la del Atlético, que despidió con pañolada y gritos de ¡fuera! ¡fuera! a los que les habían defraudado.