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Un partido y tres cuestiones

Primera cuestión: la continuidad. El Madrid tiene tendencia al despiste. A veces desde el principio, porque no le ha dado importancia al partido, como fueron los casos ante el Rayo Vallecano y la Real. Otras veces porque su puro buen juego le adormece. Eso le pasó en Manchester en el primero y en el segundo tiempo. En los dos arrancó muy bien, pero tanto toque, tanta perfección, acabó por desconectar al equipo de la realidad. Una especie de Síndrome de Stendhal le hizo caer en una melancolía narcisista que permitió sendas resurrecciones del Manchester.

Segunda cuestión: la defensa. El Madrid está haciendo con Hierro un experimento muy peligroso. Algo así como entrar en una curva cada vez más rápido, hasta que vuelques. Los cuatro goles de Anoeta y los cuatro (con Casillas de héroe) de Old Trafford son una realidad dura. Cada mes que pasa, Hierro está un mes más lejos de sus mejores días, pero se le otorga una condición de Macho Alfa de la manada que le da derecho a todo. Incluso a romper la pareja Pavón-Helguera cuando ésta funcionaba muy bien. Hierro desbarrancará estrepitosamente al Madrid cualquier día.

Tercera cuestión: Beckham. Lo de anteanoche fue un paso más en su ruptura con el Manchester. Su caso se va pareciendo mucho a los de Zidane y Ronaldo. Una megaestrella descontenta con su destino y un run-rún que le acerca al Madrid. Valdano habló bien de él. Raúl habló bien de él. Del Bosque habla bien de él en las páginas siguientes. Florentino dice que a él que le registren, pero eso es lo mismo que decía en los casos de Zidane y Ronaldo. Por cierto: Beckham no es visto en el Madrid como una alternativa a Figo, sino como la pieza estelar del doble pivote, junto a Makelele.