Ronie y París: una historia de amor

Fue en París, el 12 de julio de 1998, después de un susto de salud, cuando Ronaldo perdió por 3-0 contra Francia su primera final de un Mundial. Un episodio que podía haber tenido consecuencias muy negativas en la relación entre la estrella del fútbol y la capital gala. Sin embargo, lo que le une a Ronaldo con la Ciudad de la Luces parece hoy indestructible. Cada vez que tiene una oportunidad, el once del Real Madrid viaja a mi país. Y no sólo lo hace por la buena comida y las lujosas tiendas de ropa, dos de las particularidades más atractivas del lugar o por la amistad que le une con sus dos compatriotas y amigos que triunfaron y fueron muy queridos en el París Saint Germain, Raí y Leonardo. Dos futbolistas que, por cierto, han creado una fundación para los niños pobres de Brasil y a la cual Ronaldo da grandes cantidades de dinero. ¿Por qué entonces esa pasión por París? Ronaldo nunca podrá olvidar que París. Es, en definitiva, su ciudad talismán.

En los momentos más duros de su vida, volvió a encontrar allí la esperanza. En París, el profesor Saillant, un famoso médico francés, le salvó la rodilla. Allí la gente le apoyó con corazón. Allí renació para el fútbol. París es el Lourdes de Ronaldo, el sitio donde ocurren los milagros y donde hay que volver para dar las gracias. Por eso ayer el delantero acudió, a orillas del Sena, para encontrarse con sus fans de la revista France Football, que ya le ha dado dos balones de Oro. Aún no se sabe que hará Ronaldo cuando deje el fútbol, pero una cosa es cierta: pase lo que pase, siempre le quedará París.