Entre un turco y un francés
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En la ida me aburrí soberanamente. Acudí al Bernabéu con alguien que tiene dificultad para saber qué es el fuera de juego. Mientras Nihat rompía la defensa del Madrid y ponía a prueba a Casillas en su mejor especialidad, el uno contra uno, mi acompañante me preguntaba con impaciencia por Zidane. Tuve que explicarle que Del Bosque le reservaba para jugar con Francia y entonces entendió menos. Faltando media hora salió Zinedine y aquello cambió. Tanto que la majestuosidad de Xabi Alonso desapareció y con él la elegante presión que había ejercido el equipo donostiarra. La cosa acabó en 0-0 y mi pareja dijo que no volvía más, que aquello era un rollo, y que además dejaban en el banquillo al mejor. No quise hablarle del virus FIFA porque hubiera sido peor. Todo esto viene a cuento porque hoy el partido estará, principalmente, en las botas de Nihat y Zidane.
Desconozco el antídoto para frenar a Nihat cuando coge la moto. Makelele o Flavio deberían evitar que iniciara el slalom porque, si lo hace, Hierro y Helguera estarán perdidos y sólo quedará Casillas para frenarle, como en la ida. Lo mismo ocurre con Zidane. Ya lo ha dicho el técnico de la Real: la única forma de pararle es tirando de tretas antirreglamentarias, y mejor que no. La velocidad del turco y el toque del francés pueden ajustar la cabeza de la Liga o dejar sentenciado el Campeonato. Ya, ya sé que los otros veinte son casi todos internacionales, y muy buenos, pero no tan decisivos. Mejor dicho, el resto son más predecibles.
