El ojo y el corazón de Denoueix

Cuántas veces, a la salida de un partido del Real Madrid, hemos pensado: "¡Pero qué bueno es este Makelele!". Esta misma reflexión hizo Raynald Denoueix, pero antes que todo el mundo, cuando el actual número 24 de los merengues era todavía un juvenil desconocido. Aquel día, su ojo experto fue clave en el nacimiento de un futbolista que está haciendo historia en Madrid y que le proporciona un equilibrio como pocos son capaces de lograr. Denoueix destaca como entrenador de la Real Sociedad al igual que en el Nantes, equipo al que llevó a ganar la Liga francesa. Pero más allá de su gran capacidad para conducir técnica y tácticamente a once profesionales sobre el terreno de juego, el francés es un míster de referencia porque tiene una cualidad que vale su peso en oro. Conoce a los futbolistas.

No fue una estrella como jugador. Quizá vaya a serlo como entrenador algún día, pero donde ya ha triunfado esta persona seria (a veces demasiado) es en la sombra. Fue meticuloso en el arte de la formación a la francesa de futbolistas y ha dado grandes profesionales para la Europa del fútbol. En eso destacó Denoueix. Se habla todavía de la Escuela del Nantes para calificar la capacidad de saber escoger y hacer crecer a los futbolistas y Denoueix ha tenido un papel decisivo en este reconocimiento. Sabe perfectamente lo que son los jugadores de fútbol. Sabe cómo piensan. Sabe cómo viven. Sabe cómo sufren y sobre todo, sabe cómo hay que quererles. Por eso ellos le devuelven la pelota cada domingo en el campo intentando jugar bien.