Yo digo J. J. Santos

Diablos con casta

J.J.Santos
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Acostumbra la prensa inglesa a abusar de la figura del toro y el torero cada vez que se enfrentan a un equipo español. Intuyo que desconocen la fiesta pero les hace gracia. La nobleza del toro en la pelea, su casta cuando recibe el castigo y el intento de morir matando. Cuando Raúl marcó el primer tanto, el Manchester dejó el rabo de diablo y se puso las astas de toro. Herido en el orgullo de equipo grande se fue ciego a por el rival. Majestuoso su derroche y plausible la calma que mantenía el campeón. Estampa de grandeza y toreo de salón de Zidane. El morlaco embestía y dos ayudados por bajo de Raúl hicieron que los olés atronaran en el Bernabéu. La faena parecía lista para entrar a matar.

Pero el toro encastado busca siempre las zapatillas. ¡Y vaya que las buscó! El maestro Zidane se confió, y con él el resto que protegía el flanco izquierdo. Pitonazo a la femoral y cogida menos grave. Van Nistelrooy venderá menos camisetas que Beckham pero si en estos momentos queda algún galáctico suelto por el fútbol europeo, ese es el holandés. El Manchester nunca se aculó en tablas, aunque parecía herido de muerte. Ese es el peaje que pagan los grandes, los muy grandes. Al punto que la corrida quedó interrumpida hasta dentro de quince días. Entonces, el toro, torazo en rodeo ajeno según Di Stéfano, será el Madrid en Old Trafford. Fútbol y toros. ¡Qué pena que Ronaldo no se enterara!

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