Los modales de un sir

La bondad le impide meterse con un hombre elegante y ejemplar. Eso dice Vicente del Bosque de Alex Ferguson. Ya, ya. A lo más que se atreve es a calificar de majadería lo que le parece imposible que haya salido de su boca en estas últimas horas. El bueno de Vicente olvida que Ferguson, con los años, ha conseguido que crezca su prestigio en la misma medida que su soberbia. Yo no soy tan bondadoso, ni tan ingenuo. Ferguson lleva tres lustros en el Manchester United pero sólo ha ganado en todo este tiempo una Copa de Europa. Del Bosque, en cuatro años, dos. La única vez que se han visto las caras, el castellano le sobó el morro al escocés con aquel partido de campanillas en Old Trafford.

Y por ahí van los tiros. El miedo guarda la viña. Desconozco si la entrevista concedida por Sir Alex Ferguson a los medios británicos se celebró en uno de los muchos pubs de Manchester, dada su reconocida afición por la cerveza. A Ferguson hay que agradecerle que haya hecho grande al Manchester United desde el buen gusto futbolístico, que lo tiene. Agradecerle también que defienda con maestría un modelo no implantado aquí, el de manager general con plenos poderes en despacho y terreno de juego. Pero de ahí a soportar una burda maniobra previa a una eliminatoria trascendental contra el Madrid, media todo un abismo. Se ha pasado, al margen de rectificaciones posteriores, como se pasó hace un año intentando enmierdar la eliminatoria de Champions contra el Deportivo mezclando al entonces entrenador del Celta y ahora del Betis Víctor Fernández. No valen justificaciones, hay que contestar en el campo.