El campeón destronado

Los catorce goles de Ronaldo en la Liga no son suficiente argumento para justificar los trece puntos que separan al líder del vigente campeón. El Valencia ha doblado el gorro prematuramente cuando todos esperábamos que su final fuera tan frenético cómo el de la pasada temporada. ¿Qué ha ocurrido? Pues que las limitaciones de plantilla denunciadas por Benítez nada más ganar el título no eran un invento. En cuanto el nivel de exigencia en Europa ha sido mayor, han surgido los problemas en el torneo de la regularidad. Si nos fijamos bien, los que preceden al Valencia tampoco se han reforzado, salvo el fichaje de Ronaldo por el Madrid. Pero ahora juegan en igualdad de frentes y el pasado año no.

S e anulan, de paso, las malintencionadas teorías que circularon hace un año sobre el sorprendente despliegue físico de los chicos de Mestalla. Si ese presunto brebaje mágico hubiera existido entonces, sería absurdo que no lo emplearan ahora. Todo es más sencillo. La durísima segunda fase de Champions, ha desmoronado un castillo que no es de arena pero sí de estructura similar al resto. La presunta persecución arbitral, pese al castigo recibido el sábado en Sevilla, tampoco justifica la horrible segunda vuelta de los valencianos. Esperemos que el golpe moral no se note frente al Inter.