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El Club Decano merecía otra consideración

Después de diecinueve días de profundas meditaciones, la Federación de Villar, Padrón y compañeros apandadores fijó por fin sede para la final de Copa: Elche. A 350 kilómetros de Palma y 700 de Huelva. Parece mentira que gente tan viajada tenga una visión tan equivocada de la equidistancia. El Recreativo proponía Madrid, que tiene el valor de lo clásico, pero el Mallorca lo encontraba muy lejos. El Recreativo sugería entonces un sorteo entre Sevilla y Valencia, solución cómoda para uno e incómoda para el otro, pero no le resultó. Triunfaron las tesis del Mallorca.

Porque el Mallorca tiene padrino: Borrás del Barrio, presidente de la Balear y compañero frecuente de Padrón y Castillón en esos viajecitos de nada de los que tanto se habla ahora. Caído Gerardo, esta punta de cuchipanderos tiene el poder y Borrás del Barrio no ha tenido problema en fijar un escenario muy favorable al Mallorca, que le hiciera sentirse importante ante su paisanaje. Y para presumir, lo contó allí antes de tiempo, así que tanto el Mallorca como las agencias de viaje de la isla han agotado las reservas hoteleras de Elche, que no son amplias. Y el Recre, a la luna de Valencia.

No se merece este trato el Club Decano, que llega por primera vez a una final, entre el aplauso de todos. No es cierto que el Bernabéu (Florentino estaba dispuesto a retrasar las obras) sea tan inaccesible a los mallorquinistas. A la final de Copa contra el Atlético de Madrid, en 1991, se desplazaron muchísimos. Lo que se ha hecho carece de toda lógica, es una desconsideración con el decano y no tiene otra utilidad que permitir que ese ex árbitro que tanto viaja con Padrón y Castillón saque pecho ante sus paisanos. Otra imagen de la odiosa mezquindad de la Federación de Villar.