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El Real Madrid ya tomó Old Trafford

El 19 de abril de 2000 ganó al Manchester (2-3) con una actuación antológica que condujo al equipo de Del Bosque hacia la Octava

<B>VICTORIA.</b> La última visita de los blancos terminó en euforia
Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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Entre el particular santoral del madridismo militante existe una fecha sagrada que todos recuerdan con veneración: 19 de abril del año 2000. Esa noche, el Real Madrid se ganó el respeto de la Europa en color con una actuación apoteósica, impactante... y galáctica. Los blancos (perdón, los negros, porque así iban ataviados) vencieron por 2-3 en el legendario Old Trafford, un estadio que respira fútbol y tradición desde que asomas la gaita por sus taquillas. Nadie daba un duro por aquel Madrid de Sir Vicente del Bosque, pero su exhibición fue de tal calibre que desde entonces nadie ha olvidado en Manchester lo sucedido.

El escepticismo se alimentó en la ida jugada en el Bernabéu dos semanas antes (curioso, el mismo orden de partidos y la misma eliminatoria que ahora), dado que los ingleses firmaron un 0-0 injusto y ramplón gracias a la actuación heroica de su portero australiano, Bosnich, que ahora está defenestrado por su relación con las drogas y el alcohol.

En la vuelta y a pesar de jugar con una teórica defensa de cinco elementos (Salgado, Iván Campo, Helguera, Karanka, Roberto Carlos), el Madrid sorprendió al Manchester saliendo a tumba abierta, buscando el face to face (cara a cara) y asediando la portería defendida ese día por el suplente de Bosnich (Van der Gouw). King Keane, que no se come a nadie por mucho que algunos teman hasta su aliento, fue el coautor del 0-1 en un centro de Salgado.

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El estupor creció entre los 62.000 fieles del Manchester cuando Raúl inició su particular concierto de talento y gol firmando el 0-2 y el 0-3. Este último tras la jugada famosa, ya saben, la de Redondo... Como el Manchester United es grande, su reacción, aunque estéril, fue a la altura de su dimensión como club. Beckham y Scholes dignificaron la derrota y la eliminación (2-3), pero Casillas, sublime, evitó más sufrimientos.

Esa noche del 19 de abril de 2000 se gestó la conquista de la Octava y se derrumbaron muchos tópicos sobre el poderío del fútbol británico. El Manchester constató que cuando se habla del Real Madrid y de Europa, toca ponerse en pie.

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