Sobre la derrota del Nástic en la Audiencia

Al Nástic le cerraron el campo por seis partidos a consecuencia de incidentes muy graves a final de la temporada pasada, en partido contra el Polideportivo Ejido. Fue uno de esos partidos tremendos del final de la Liga, con descenso en juego. Salió cruz para el Nástic y las escenas finales fueron tremendas. Algún jugador del Poli Ejido salió sangrando. La consecuencia fue un cierre de seis partidos. ¿Excesivo? Según se mire. Ya tengo aquí comentado varias veces que lo tocante a jurisprudencia sancionadora nuestros comités han creado precedentes de todos los órdenes.

El caso es que el Nástic hizo algo que yo creo que no se debe hacer, aunque me cueste decirlo: acudir a la justicia ordinaria. Me cuesta decirlo porque la justicia ordinaria debe ser un derecho de todos. Pero el funcionamiento del fútbol está basado en un pacto colectivo, y explícito, de no dirimir en los tribunales ordinarios los pleitos deportivos, desde el buen entendimiento común de que si se hiciera así, esos pleitos serían interminables. El sistema no funcionaría. Salirse de eso es un capricho insolidario y la traición a un pacto, antes que un ejercicio de derechos cívicos. O así lo veo yo.

Y además ha sido inútil, porque la Audiencia Nacional ha ratificado el fallo de los órganos futbolísticos. Cosa que me alegra, porque si no hubiéramos tenido follón y además el Nástic se hubiera convertido en pionero de un camino que en realidad lleva al caos, pero que otros hubieran querido seguir. Por cierto, que la sentencia debería ser de obligada lectura para el Delegado del Gobierno en Catalunya, que ha rechazado la propuesta de cierre del Camp Nou elevado por Antiviolencia con argumentos estrictamente opuestos a los que defiende ahora esta sentencia.