Sainz y los Citroën hacen de quitanieves

Como estaba previsto, los Citroën Xsara han pasado de ser los competitivos coches de rallys que coparon el podio de Montecarlo a máquinas quitanieves. Han pagado el peaje por marchar en la cabeza del Mundial, lo que significó abrir pista en la primera etapa del Rally de Suecia para así ir limpiando la nieve a sus perseguidores. El mejor parado ha sido Carlos Sainz, pero muy retrasado de la cabeza, que como también se esperaba la ocupa el Peugeot de Marcus Gronholm.

Además, en su afán de no perder mucho tiempo por esa circunstancia, tanto el madrileño como sus dos compañeros, Colin McRae y Sebastien Loeb, sufrieron varios trompos. El de Carlos fue el más espectacular, ya que se produjo en una curva de derechas que abordaba en sexta velocidad a unos 150 kilómetros por hora. Marc Martí, que antes de eso estaba asombrado por la conducción desplegada de su piloto sobre hielo, llegó un poco asustado tras este percance.

Pero, para colmo de males, en el penúltimo tramo el Ford de François Duval sufría un accidente y se quedaba atravesado, quedando la carretera cortada. Carlos había recortado trece segundos a Markko Martin y quince a su compañero McRae. Y los comisarios, en vez de aplicar el reglamento, que señala que hay que impartir el tiempo del último coche que ha pasado sin problemas, cancelaron la especial, con lo que el español se quedó sin ganar no menos de tres posiciones.

Por todo ello, Sainz acabó en duodécima posición, por lo que hoy también saldrá cuarto y será muy difícil que pueda remontar muchos puestos. La batalla por el triunfo ha quedado capitalizada por los Peugeot de Gronholm, Richard Burns y Harri Rovanpera, a los que sólo hace sombra el resucitado Subaru de Tommi Makinen. Y los Citroën, otro día de quitanieves.