Tarlac renunció a viajar con el Madrid

Tarlac se quedó en tierra a petición propia. Sorpresa ayer en la expedición madridista a Grecia, donde esta tarde le espera un importante choque de Euroliga contra el Olympiacos. Tras el ensayo del lunes por la tarde, el pívot serbio dijo que no contasen con él para el desplazamiento, alegando problemas con el pasaporte. Faltaban pocas horas para el vuelo hacia Atenas (el martes a medio día), así que el Madrid tuvo que aceptar el hecho consumado y se limitó, ayer, a dar un comunicado oficial que es toda una declaración de intenciones de ruptura. En el club blanco llevan mucho tiempo meditando fórmulas para desprenderse del pívot greco/yugoslavo. Ahora se la han puesto en bandeja.

Dragan Tarlac, sin duda, se ha puesto la soga al cuello. Llegó con vitola de estrella y se irá con rechazo generalizado. Directivos, técnicos y afición están en su contra. En el verano de 2001 firmó con el Real dos temporadas, con opción a una tercera. Al acabar la primera campaña aceptó una rebaja de emolumentos a cambio de ratificar ese tercer año en el club.

Dragan Tarlac (29 años) nació en Yugoslavia y se formó allí humana y deportivamente (Novi Sad, Estrella Roja...). El pasaporte griego lo consiguió por un chanchullo burocrático, cuando le fichó en 1992 el Olympiakos de El Pireo. Con este club estuvo ocho temporadas en las que logró una amplia cosecha de títulos nacionales e internacionales. Su pasaporte heleno no le impidió jugar también con la selección yugoslava, con la que se proclamó campeón en el Eurobasket de Turquía 2001.