Raúl, inédito en el 2003

Cada vez tengo más claro que el Madrid necesita a Raúl tanto como precisaría Van Gaal un asesor laboral que le vaya buscando destino ante su inminente despido. Cuando Raúl ofrece su mejor versión futbolística, tira de la lujosa carroza blanca añadiendo liderazgo y goles al afrodisíaco cóctel que elaboran con arte Zidane, Figo, Ronaldo y compañía. En diciembre, Raúl nos deleitó con una selección de sus mejores temas, mostrándonos en la cara A de su CD un rosario de goles de peso ante el Mallorca (2), el Recreativo y el Málaga. El Madrid despidió el histórico año del Centenario echándole el aliento en el cogote al líder y la Real de Denoueix se sintió por fin amenazada.

Pero llegó el merecido parón navideño y Raúl regresó con idéntica actitud (siempre ambiciosa y ganadora), pero con el punto de mira extraviado. Ante el Valencia... agua (nunca mejor dicho por el diluvio que cayó esa noche en el Bernabéu); en Vigo, ídem de ídem; ante el Atlético, tres errores inhabituales en este triturarrécords dada su enorme eficacia ante las redes del enemigo, y anoche, en San Mamés, dos intentos baldíos y, eso sí, una porfía preciosa con Aranzubia que habilitó a Ronaldo para marcar el único gol del subcampeón de invierno.

Si Raúl va bien, el Madrid va bien. Cuando se ofusca ante los arqueros enemigos, su equipo lo paga con resultados mediocres. Raúl, recupera tu duende cuanto antes. Justo ahora que estamos viendo al mejor Ronaldo es preciso que asistamos a tu reencuentro con tu particular instinto asesino. Esa mirada del lobo que tanto teme Luis debe escupir sangre de nuevo. Sin ti, es mucho menos Madrid. Raúl, analízalo y regresa ya.