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Entrevista Rafael Alkorta

"Me mojo: mañana ganará el Athletic 2-1"

A sus 34 años, Rafa Alkorta tiene su corazón dividido entre el Athletic y el Real Madrid, los dos únicos equipos de su vida, pero mañana apuesta por la suerte de su paisanos de San Mamés. Se fue del Bernabéu antes de la conquista de la Séptima, pero se siente copartícipe, con total legitimidad, de aquella histórica Champions. Alkorta nos habló del clásico.

<B>COMENTARISTA DE LA CADENA COPE</B>. Tras dejar el fútbol, Rafa Alkorta se mantiene unido al mismo gracias a una empresa de representación de jugadores y por su colaboración como comentarista radiofónico en la Cope.
lALO vILLAR

¿Quién se lo iba a decir? A sus 34 años le toca ver un Athletic-Madrid desde la grada.

—Me estaré haciendo mayor. Pero le digo una cosa: el Athletic siempre hace el partido del año cuando viene aquí el Madrid. Los jugadores se sienten ese día como si fueran supermanes. El Madrid es el más grande y San Mamés lo valora como merece.

¿Sabe que aquí aplaudieron a Juanito o Stielike?

—Sí, pero no se vaya tan lejos. Hace 10 años el Madrid de Hagi y los chicos de la Quinta del Buitre nos metieron un 1-4 y las tribunas aplaudieron los últimos goles. También hubo un 0-5 con Del Bosque en el banquillo y un golazo de Laudrup que aplaudió San Mamés entero. En Bilbao somos así.

Pero usted es medio castizo de Madrid. No me lo niegue...

—Y no lo hago. Es más, cuando voy a Madrid me dan en la calle casi más muestras de cariño que en Bilbao. Mi etapa como jugador blanco, de 1993 a 1997, fue lo más grande que me ha pasado. Jugar más de 100 partidos oficiales con el mejor equipo del mundo no está al alcance de cualquiera.

Ya, pero unos graves problemas familiares le hicieron dejar el Madrid justo antes de la Séptima. ¿Se ha arrepentido alguna vez?

—No, porque la familia es sagrada y es lo primero. Además, mis compañeros de la época estuvieron cerrando filas en torno a mí y varios me llamaron tras ganar a la Juventus en Amsterdam para decirme que yo también era campeón. La verdad es que siento que un asa de esa Copa de Europa también era mía.

Hábleme ahora de su Athletic. ¿Le da mal rollo que la Real esté líder?

—Hombre, es nuestro gran enemigo y da envidia sana. Pero no le cambio el sitio a la Real. Somos los más puros.

Explíquese...

—El Athletic es grande por su historia y por su filosofía. Somos, junto a Madrid y Barça, los únicos que siempre hemos estado en Primera a pesar de jugar sólo con gente de la casa y sin fichar extranjeros. Eso es una osadía hoy día con el nivel que hay, pero ahí estamos.

Supongo que impone respeto el Madrid de Ronaldo, Figo, Zidane, Raúl...

—Sí, esta semana se ha hablado del clásico más que nunca, porque se piensa que éste es el mejor Madrid de muchos años. Hay curiosidad por ver a Ronaldo, que nos puede romper...

¿Y eso?

—El Athletic presionará mucho para quitarle al Madrid la pelota, lo que le hace más daño. Pero también se corre el riesgo de que el Madrid juegue a la contra y buscando los espacios libres, y ahí Ronaldo te mata.

Veo que va a ir con el Athletic. Es usted un renegado.

—(Sonríe). Los dos saben que tienen mi afecto, pero el Athletic está más necesitado. Es más, que este domingo gane el Athletic y que el Madrid se lleve la Liga y la Décima. No soy dudoso.

Le veo hasta jugándose el resultado en una porra.

—Sí, gana el Athletic por la mínima.

Mójese, con numeritos.

—2-1.

Hablemos de Jupp Heynckes. ¿Rencor? ¿Revanchismo?

—Para nada. Sólo me dolió que él se creyese lo que le dijeron de mí terceras personas y no me preguntase primero antes de hacer juicios públicos. En ese momento me hizo daño, pero entiendo que apostase por gente más joven y comprendo mi salida del club.

Con Del Bosque no le hubiera pasado eso...

—Vicente es un fenómeno. Su tranquilidad y su seriedad la hacen el técnico idóneo para un club tan exigente.

¿Por qué tiene esa leyenda negra el vestuario del Madrid?

—Por desconocimiento. Cuando yo llegué era un pipiolo y me recibieron, sobre todo Hierro, como a un amigo. Esos cuatro años han sido en los que más me he reído en mi carrera. Después llegó Raúl, que es otro monstruo, y por eso no me extraña que hayan ganado tres Champions y lo que les echen.

Valdano no le dio mucha chance...

—Él prefería a Sanchís, pero me trató con mucho respeto y hablé mucho con él de la vida. Trazamos una relación fuera del fútbol que conservo. Un tipo muy válido en todos los sentidos.