Silencio estratégico

Conozco a Florentino lo suficiente como para leerle entre líneas. Mereció la pena madrugar para constatar ante la bella y cautivadora Ely del Valle que el presidente blanco está dolido por lo del domingo, pero se tragó el orgullo con tal de mantener las formas. "No es normal ver ese tipo de actuación arbitral, pero a pesar de ello yo nunca echo la culpa a los árbitros y el Madrid debió ganar al Atlético. La culpa fue nuestra". Me considero un tipo de sangre caliente y lo fácil sería alentar a Florentino a romper con esa coraza de "normalidad" que lo convierte en una persona que intenta preservar el señorío del Madrid por encima de tifones, aludes, inundaciones y vertidos petrolíferos. Él es así.

Por eso me veo obligado a aplaudir su frialdad para insinuar sin golpear. Por ese mensaje premeditado sin disparar al corazón de ese estamento arbitral que huele a podrido a distancia, como dejó claro Marcos Alonso en ese espectacular programa de Canal 9 en el que las cámaras ocultas destaparon esa trastienda de la que todos recelan. Florentino podía haberse echado al monte y, amparado en su autocontrol dialéctico, firmar una excepción con tal de acabar con un dato escalofriante. El Madrid es el equipo al que pitan más penaltis en esta Liga... y casi ninguno ha sido. Claro, es el equipo del Gobierno. Y Florentino más. Ya se sabe...