Tomás, no te olvides de la cita. Pase lo que pase, después del partido nos vamos a cenar y a tomar unas copas. Una cosa es la rivalidad deportiva y otra nuestra amistad. Seguro que nuestra gente hará lo mismo y la goleada será el espectáculo en las gradas. Todavía guardo en un rincón preferencial en mi corazón la imagen de Alfredo Di Stéfano. Siento envidia de lo que ha representado como jugador y como persona. He tenido la suerte de disfrutar en los últimos años de su amistad y lo tengo claro: ha sido y es el más grande. Su espíritu inunda todavía todos los rincones del Bernabéu.

Si ahora hablan de galácticos lo de Don Alfredo tiene que ser la constelación entera. Un futbolista genial, que siempre salía a ganar hasta en los entrenamientos y que defendió el escudo blanco por encima de ofertas millonarias. Este sí que es un monstruo. Mi esperanza de futuro la centro en Fernando Torres. Hasta el propio Ronaldo ha señalado que si sigue por el camino actual puede estar en el Olimpo de los dioses. Se nota que el brasileño sabe de esto. El Niño seguro que va a marcar una época de triunfos en el Atlético.