El mejor del mundo, of course

No me hagan recitarles lo que significan las siglas IFFHS porque seguro que me pierdo en el intento. Pero quédense con esta copla: ellos son como el Senado del Imperio Romano. Sus votaciones son incontestables y la conclusión final del mágico 2002 no puede ser más justa y elocuente. El Real Madrid, también para ellos, ha sido el mejor equipo de fútbol de este planeta. Eso, que parece tan simple, es mucho. Poseer el mejor once mundial de estos doce meses que ya quedan atrás significa pisar más fuerte que el Milán de Rivaldo y Maldini, el Manchester de Beckham y Giggs, el Bayern de Kahn y Elber, o el devaluado Barcelona de Kluivert y Riquelme... Este nuevo reconocimiento sirve para iluminar aún más un Centenario que empezó con los renglones torcidos (¡Maldito 6-M!) aunque finalizó con la consecución de un triplete histórico.

Desde la final de Glasgow y el gol anatómico de Zidane, todo adquirió su curso lógico. El Madrid reunía el mayor caudal de talento del fútbol mundial y sólo era cuestión de esperar la cosecha. Después llegó la exhibición de Yokohama, la recolecta de premios reivindicativos y terapéuticos para Ronaldo y las explosivas apariciones navideñas de Raúl, Figo, Roberto Carlos y Zidane. La magia ha llegado hasta Chile y el último rincón de los Andes. En todo el mundo no se habla de otra cosa. Manolete, no es por desanimarte todavía más, pero mira cómo habéis empezado vuestro Centenario. Esto no lo salvan ni los Rolling Stones. Si quieres os damos algunas pistas, de nada.