General Manager (II)
Mi candidato in pectore para general manager, o director deportivo como patrióticamente prefiere denominarlo el club, era Clifford Luyk por muchos motivos que yo consideraba importantes. Digo in pectore pero confieso que alguna confidencia no proselitista realicé. Pero cuando supe que el nombre de Lolo Sainz salía a la palestra me autoconvertí en neutral, siempre dentro de mi intimidad y sentimientos. A Lolo le incorporé al Madrid a los 13 años y llegó a ser capitán del primer equipo; después le envié a curtirse como entrenador en categorías inferiores antes de nombrarle mi segundo entrenador, por cierto la primera vez que a alguien se le ocurría semejante novedad.
Cuando yo me marché del club, él me sucedió con la brillantísima carrera que todos conocen y más tarde nos volvimos a encontrar, yo como dirigente y él como primer entrenador. Bien, salvando un pequeño intervalo de tontas malinterpretaciones, siempre fuimos amigos y lo seguimos siendo. Yo estoy convencido de que Lolo se incorpora al Real Madrid libre de compromisos y de dudas morales, y ese va a ser su auténtico patrimonio. Y para que pueda ejercer libremente sus poderes va a necesitar el apoyo moral que desde dentro y desde fuera le podamos aportar. Por supuesto, si de algo le sirve, puede contar con el mío incondicionalmente.