En el fútbol las cosas viran radicalmente en quince días. Y el cambio que ha sufrido todo lo que rodea al Sevilla ha sido radical. La victoria en el Nou Camp y el remate en Vallecas ha sacado al equipo de los puestos de descenso y, lo más importante, ha devuelto al equipo la credibilidad que había perdido para muchos aficionados.

"Despedir el año con estas dos victorias y salir de abajo es para reflexionar sobre lo que estábamos haciendo. Estos triunfos te refuerzan los conceptos que nunca habíamos cambiado", señalaba Joaquín Caparrós, quien quería hacer ver a todo el mundo que este Sevilla, ahora ganador, es el mismo que el que hace menos de un mes empezaba a recibir muchas críticas: "Simplemente nos ha cambiado el viento. Ahora lo tenemos a favor y por eso cambian un poco las cosas. No hemos cambiado nada. El único partido en el que verdaderamente no fuimos nosotros fue el de Vitoria".

"El partido que jugamos en Vallecas, con todo en contra, es una muestra clara del nivel competitivo que tiene este equipo. Ante el Barça jugamos de una forma y frente al Rayo, de otra. Nuestra competitividad es muy grande. Si después de perder ante la Real hubiéramos dejado de pensar de partido en partido, nos hubiese llegado un negativo estado de ansiedad", añadía el técnico.

Zapatitos de charol

Y es que Caparrós quiso engrandecer el mérito que tuvo la victoria en Vallecas. "Quizá, algunos hubieran querido que jugásemos con zapatitos de charol, de puntillas ante el Rayo. Si lo hubiésemos hecho, hubiéramos regresado con las orejas agachadas. Somos un equipo muy difícil de desorganizar y de crearle espacios. Tenemos que encontrar el equilibrio entre defensa y ataque". La racha del equipo se verá interrumpida por el parón navideño: "Es parecido a lo que nos sucedió la temporada pasada. Cuando mejor estábamos, se acabó la Liga". Hemos salido de los puestos peligrosos, y con un partido menos...