Ronaldoro

Sí es oro todo lo que reluce. Por encima de criterios enfrentados entre el bando marketiniano y el purista, hay que cantar a los cuatro vientos la última verdad: Ronaldo es el ganador del Balón de Oro 2002. Aventajando en 26 votos a su compatriota Roberto Carlos y en 57 a Oliver King Kahn, Ronie consiguió su segundo Gold Ball, lo que le sitúa en el escalafón de los jugadores más grandes de la Historia. La ‘Pasarela Cibeles’ es así. Figo lleva dos años de premio en premio (en el Barça no ganó ninguno) y hoy caerá en poder de O Rei Ronaldo, El Coleccionista Insaciable, otro FIFA World Player...

El niño de la sonrisa de oro recibirá mañana en el Bernabéu, ante 60.000 almas dispuestas a calentar sus manos aplaudiendo hasta a las vendedoras de palomitas, su preciado tesoro. Pero no será nuevo para él. El trofeo lo tuvo en sus manos y lo besó el pasado 6 de diciembre, Día de la Constitución. Fue en una ceremonia privada en la Suite Presidencial del hotel Meliá Castilla. El crack llegó ataviado con un jersey de lana azul y pantalón de sport, aunque le recomendaron ir elegante. Él es así, infantil, rebelde, diferente...

Allí, junto al director de France Football, Gerard Ernault, Joaquín Maroto, director de Comunicación del Real Madrid, y el redactor y el fotógrafo de la prestigiosa revista francesa, disfrutaron durante dos horas de una ceremonia en la que besó ese balón que está bañado en oro de ley ("¿es verdad que la capa que lo cubre es de oro auténtico?", preguntó intrigado), se comió un arroz que les sirvió el restaurante ‘La Albufera’ y brindó con champán por su éxito. "Me lo merezco tras dos años angustiado por las lesiones y las injusticias. También lo merecían Roberto Carlos y Raúl, pero ya les llegará...", dijo en tono reivindicativo.

El primero en llamarle para felicitarle fue Florentino, luego telefoneó a Río, habló con sus padres y escuchó samba en su coche camino de casa...