Épico destino
Nuestro último empate ante el Athletic no fue como los anteriores. Por encima de los desatinos en el juego, me llamó mucho la atención el calificativo de épico que algunos cronistas atribuyeron al resultado. Lo épico está unido a lo heroico, desde que el padre de la literatura griega, Homero, escribiera La Ilíada y La Odisea, instaurando todo un género literario conocido como poesía épica. En estos poemas hay referencias a la guerra y al honor, apelaciones al sufrimiento y al triunfo ante la adversidad. Hablamos de valores y sentimientos que encajan con lo vivido en el Calderón. Fue un empate con sabor a victoria porque se consiguió al límite de todos los tiempos. Como épica es nuestra idiosincrasia. Como troyanos resistimos los embates del infortunio. Como Ulises, en su travesía mediterránea, sorteamos peligros hasta la meta de los elegidos. Razones suficientes para que nuestras victorias tengan connotaciones de hazañas. Por eso las disfrutamos tanto.