En otras circunstancias hubiera parecido más

En otras circunstancias hubiera parecido más

Los dos equipos pueden mirar la botella medio llena. El Depor aún tiene reciente su mala racha, ha resuelto lo de Valerón corriendo a Fran al centro pero a cambio, ¡ay!, no tiene a Fran en la banda. Y puede pensar que recibía a un Madrid herido en su orgullo, y por eso mismo especialmente peligroso. En cuanto al Madrid, un empate en Riazor no lo puede dar por malo casi nunca, porque el Depor es un aspirante, tenía a Makaay en racha esplendorosa y Riazor es un reciente nido de ferviente antimadridismo, como bien sabe Amancio y pudo verse en el fondo del estadio.

Pero en las circunstancias actuales ninguno de los dos puede darse por satisfecho. El Madrid hace tanto tiempo que no le gana a nadie que ya ni nos ponemos de acuerdo en ello. Ceder un empate a un Madrid que en casa empata con el Villarreal y pierde con el Roma y fuera cae en Santander no añade mayor gloria al Depor. En cuanto al Madrid, otro partido sin marcar más un puntito para moverse imperceptiblemente en la tabla no es cosa que le compense de sus recientes pesares. Le echó al partido mucho esfuerzo para una compensación que queda pequeña.

Porque esfuerzo sí puso. Esta vez el equipo se dibujó con simetría, a costa, eso sí, de retener a Roberto Carlos en defensa, lo que no queda claro que sea bueno (sólo una vez fue arriba, y el Madrid estuvo más cerca del gol que nunca). Y se mató a correr y no tuvo un solo despiste. Pero el Depor también corre, nunca se despista. Y fue cauteloso y no dejó huecos al Madrid, que esta vez sí le tiró pases largos a Ronaldo. Y todo bajo una lluvia intensa y sobre un Riazor que chupa de maravilla. Sí, quizá lo hubiéramos visto como una gran noche si los precedentes hubieran sido otros.