En un partido colosal disputado el sábado en el Planetocio de Villalba, madrileños y blauganas ofrecieron uno de los mejores encuentros hockey hielo que uno recuerda en la Comunidad de Madrid. A buen seguro será de los que pasen a la historia del hockey madrileño y es probable que dentro de unos años, aquellos que lo vivieron en directo, se jacten al afirmar: "...yo estuve en Villalba aquella vez que..."

Para aquellos que se marcharon después del segundo periodo, para los incrédulos que con el 6-2 en contra faltando 10 minutos prefirieron evitar el tumulto de la salida y perderse esos últimos 8 minutos irrepetibles de un partido del cual tendrá que pasar mucho tiempo para olvidarnos de él, nuestras más sinceras condolencias. No pudieron ser testigos de la magia del hockey hielo.

Tampoco hubo cámaras de ningún tipo para recoger una instantánea o una imagen. Benditas las retinas que pudieron presenciar los 60 minutos más apasionantes de hockey que se han jugado en Madrid en lustros. Los 600 espectadores que abarrotaron la pista de Villalba fueron testigos privilegiados directos de un partido enorme. Ellos serán los encargados de difundirlo. Dicen que la mejor publicidad es la que va "de boca en boca". A ver si es cierto.

El Barça comienza fuerte

Ya se vislumbraba desde el saque inicial, que éste Barça no tendría nada que ver con aquel que visitó Villalba para disputar un amistoso en la puesta de largo del "refundado" CH Madrid. La intensidad de su juego, la circulación de pastilla y sobre todo su colocación sobre la pista no tuvieron nada que ver con lo que mostraron en la fiesta de presentación del equipo madrileño.

Bien es cierto que ante el formidable despliegue catalán encabezado por los siempre omnipresentes foráneos, a saber: Goncharenko, Kutzneystov, Synkov y Zitny, sin olvidarnos del gran primer periodo de sus canteranos Anglada, Bernet, Cobo, Garcia y Codina, los locales notaron en demasía la ausencia de dos de sus pilares defensivos: Ferragut y Paz... y el Barça lo aprovecho.

Los desajustes defensivos por parte del C.H. Madrid fueron constantes durante buena parte del encuentro y hubo momentos en los que al entrenador local –Graham James-, se le veía sobrepasado por la situación. El peligro rondaba la portería de los del "oso" en cualquier ataque culé.

El Barça se puso 0-2 en el primero y 2-4 después de 40 minutos de juego. Al comienzo del tercero, los cules hacían trizas al CH Madrid colocándose 2-6, en buena parte gracias a la habilidad para esconder la pastilla que mostraron sus jugadores extranjeros. En esas estábamos, con el personal preguntando por el resto de los resultados de la jornada cuando apareció un inmenso Pablo Muriel.

Sin duda, el mejor portero de España

Algunos pensarán que el cuarto gol del CH Madrid logrado por Azcoitia pudo ser el punto de inflexión del partido... puede que sí, pero no seríamos justos si pasáramos por alto la actuación de Muriel.

Llevamos semanas destacándolo. Hoy por hoy, es el mejor guardameta de hockey hielo que hay en

España. Muriel con sus espectaculares paradas, mantuvo al equipo dentro del partido. Dio a sus compañeros confianza con cada una de sus intervenciones y lo que es más importante: su actitud fue siempre positiva. Otro en su lugar al ver que sus defensas permitían que el enésimo rechace llegará a un contrario, hubiera pedido el cambio. Él no. Mantuvo el tipo y su sobriedad hizo el resto.

8 minutos irrepetibles

De repente ése gol del "benjamín" Azcoitia, (toda una recompensa a la tozudez de su entrenador a la hora de alinearlo, dicho sea de paso), pareció dar a alas a los locales. Se empezaron a cruzar miradas entre los jugadores en el banquillo.

Miradas de complicidad. Alberto Guerra "Draco", un defensa con poca participación, pero todo un carácter en el banco, dio un par de gritos, los puso firmes, les dijo que restaba aún mucho tiempo y de repente este equipo, a pesar de haber sido claramente superado en todos los aspectos del juego durante 50 minutos, hizo piña y creyeron en sus posibilidades. Prefirieron ganar como conjunto a perder como individuos. Esa fé les hizo grandes en los minutos finales.

El Barça por su parte empezó a mostrar signos preocupantes de nerviosismo. Sobre todo Cardona, su portero. Normalmente frío y seguro, comenzó a tener dudas con cuanto le llegaba a portería. Desde luego no parecía estar al cien por cien de facultades físicas y reconozco que me extraño que Oppitz –entrenador del Barça-, no tirará de Artigas, portero suplente en esa situación. De repente pareció como si al entrenador culé también se le apagará alguna luz, ya que no anduvo muy inspirado en los últimos cambios.

De hecho, con el partido 5-6 para el Barça, otro "cambio al vuelo" mal ejecutado (demasiados hombres sobre la pista), el tercero del encuentro contra el banquillo culé, significó tiro de penalty que transformó Poppy engañando a Cardona con un tiro de revés superando la estirada del guardameta catalán. De repente, los madrileños se metían en el encuentro cuando "sólo" restaba 1 minuto y 36 segundos. ¿Solo?

La apoteosis

Quien más quien menos pensaba en la prórroga. Cinco minutos más con gol de oro. No estaban por la labor los hombres de Graham James. Estaban decididos a ganar el partido y permanecer imbatibles en su nuevo fortín de Villalba.

En esas, una detención de partido que se reanuda en el punto rojo de la neutral más cercano a la portería Muriel. El "bully" es crucial, la consiguiente posesión sería capital con tan pocos segundos en el crono.

El saque neutral lo gana Martin Stransky. No solo lo gana, sino que a la vez que se hace con la pastilla y la entrega a Martin Kala, impide a su contrario que éste pueda entrar en juego "maniatándolo". El trabajo sucio de Stransky habilita, al pequeño de los Kala para realizar un formidable pase largo en busca de su hermano Roman, que de tres zancadas gana la zona blaugrana para superar a Cardona en el "mano a mano".

Y el resto es historia...

Eso sí, la semana que viene, esto dos grandes equipos miden de nuevo sus fuerzas, en esta ocasión en el Palaú de Gel de Barcleona. Ahí tendrá el Barça ocasión de desquitarse de su segunda derrota consecutiva, que después de la cosechada la semana pasada ante el Jaca, escuece y de qué manera en el entorno blaugrana.

Por parte madrileña, sería importante no quedarse tan sólo con esos 10 minutos de arrebato, coraje y heroicidad. Todo eso está muy bien, pero dudo que en otras condiciones, un contrario tire por la borda una ventaja de 4 goles.

¿Tiró el partido el Barça? Puede, pero importante sería recordar a los extranjeros del conjunto culé que después de conseguir el 2-6, lo peor que se puede hacer es pensar que el contrario va a entregar la cuchara. Buena lección para jugadores que quizás a veces se crean demasiado superiores cuando realmente no lo son.

1er. PERIODO: 8:41 0-1 BCN Codina (Anglada, Bernet); 17:12 0-2 BCN Synkov.

2º PERIODO: 25:36 1-2 MAD Alejandro Calvo; 30:32 1-3 BCN Kuzneytszov (Zitny); 34:09 1-4 BCN Garcia (Codina, Bernet); 38:37 2-4 MAD Jorge Calvo.

3er PERIODO: 42:06 2-5 BCN Synkov (Zitny); 45:10 2-6 BCN Synkov (Kuzneytszov); 50:35 3-6 MAD Jorge Calvo (R.Kala) Pwp.; 54:39 4-6 MAD Guillermo Azcoitia; 56:07 5-6 MAD Ernesto González (R.Kala); 58:24 6-6 MAD Jorge Calvo (Penalty); 59:01 7-6 MAD Roman Kala (M.Kala, Stransky)

-Pista Circus, Planetocio Villalba (Madrid): 600 Espectadores

– Arbitro: Frank González.