ASOBAL | Barcelona 27-Portland 25
El Barcelona gana apelando al barullo
Malumbres y Richardson evitaron el naufragio de un Portland que no se adaptó al ritmo bronco del partido
Habían anunciando a los cuatros vientos que a su defensa le faltaba agresividad, que los barcelonistas se habían disfrazado con piel de mansurrones. Pero llegó el Portland, el equipo que tanto daño ha hecho a su impresionante dominio, y sacaron las navajas, el colmillo retorcido y todos los argumentos para derivar el partido a los límites del barullo bronco impropio de tanta calidad.
El caso es que el Portland, el equipo veterano de estrellas curtidas en mil batallas, el conjunto que no regala una gota de sudor innecesario, el que domina los ritmos como nadie, ayer se inadaptó como pocas veces en los últimos tiempos. Iakimovic y Jovanovic, como pareja, firmaron el peor partido que se les recuerda, sin aportar siquiera un gol entre ambos. Y, pese a todo, el Portland se plantó en el último minuto con opciones (26-25), tras haber salvado situaciones tan comprometidas como tener seis goles en contra (22-16).
El Barcelona se apuntó una victoria importante, que comprime la Liga, que le anima a seguir en la pomada, que hace olvidar su derrota de hace una semana en Granollers. Primero, Barrufet anuló a los extremos del Portland y levantó el marcador para el Barça. Luego, Masip tomó la batuta para buscar los lanzamientos de Jerome Fernández, de Nagy y de O´Callaghan.
Con un Portland impreciso e ingenuo, el choque era propicio para que el Barça le restregase todas sus revanchas juntas. Con faltas continuas hasta forzar el error rival, el Barcelona daba con el antídoto al conocimiento del Portland.
Sin embargo, las estrellas están para alumbrar en los momentos más oscuros. Ayudado por Malumbres en la portería, Richardson sacó su clase, robó balones en defensa, ordenó contragolpes y buscó a Mainer repetidas veces. Casi equilibra el choque, aunque ayer todo, todo, pintaba para que, como fuese, ganase el Barcelona.