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Entrevista Igor Galdeano

¡Ojalá acabase el Tour hoy mismo!

Igor Galdeano se supera día a día. En 1999, con el Vitalicio, vistió el maillot amarillo de la Vuelta tras ganar el prólogo de Murcia. Luego se impuso en la etapa reina de Ordino-Arcalís y al final terminó segundo tras Jan Ullrich.

Los tres últimos españoles que vistieron el maillot amarillo (Indurain, Delgado y Ocaña) ganaron el Tour.

-¡Vaya nombres! Para mí es un honor vestir el amarillo. El año pasado corrí el Tour, terminé quinto y me dije que tenía que seguir trabajando. Ahora soy líder, pero sólo es un paso más. ¡Ojalá se terminase hoy el Tour! Pero hay que seguir.

Cuando Armstrong ganó el prólogo usted dijo que perdían por 1-0. Ahora han empatado. ¿Cómo acabará el partido?

-Sabemos contra quién estamos peleando, contra un hombre que ha ganado tres Tours. Hoy le hemos batido y estamos obligados a seguir intentándolo, pero el americano sigue siendo el primer candidato.

¿Qué hay que hacer ahora con este maillot amarillo?

-Colgarlo en la ventana del hotel para que lo vea todo el mundo (se ríe). En serio, nuestro objetivo está en el podio de París, bien conmigo o con Beloki, a quien veo en un gran momento. Entre los dos tenemos que aspirar a lo máximo, pero eso no significa que haya que defender el maillot ahora.

Entonces, ¿la ONCE no va a defender el amarillo?

-Ya veremos. Si contamos con la colaboración de los equipos de los esprinters, quizá sí. Pero creo que la ONCE no debe cargar con toda la responsabilidad de la carrera todavía, porque eso significaría desgastar al equipo. Ésas fuerzas las vamos a necesitar más adelante.

Usted ganó a Armstrong en la contrarreloj del Midi Libre. ¿Se ve luchando con él en la crono del lunes para llegar por delante a la montaña?

-El Armstrong del Tour no es comparable al de la Midi Libre. Aquí está súper, como ya demostró en el prólogo. Yo estoy bien y lucharé con él, pero de momento le veo inalcanzable.

¿Este maillot le dará moral para su lucha con Armstrong?

-Me da moral y supone una gran satisfacción. Pero, insisto, el objetivo es París. Por eso, el amarillo no me obsesiona. Es un día grande para mí, pero hay que seguir trabajando, porque a partir del Aubisque, el Tour cambiará mucho.