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Grupo F | Nigeria 0- Inglaterra 0

Sopor y pase

Inglaterra ofreció su peor cara, pero logró entrar en octavos de final, donde aguarda Dinamarca. Nigeria se despide del torneo sin ganar.

Actualizado a
<B>AL FIN SONRIEN</B>. David Seaman y David Beckham se felicitan tras lograr el pase.
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A las siete de la mañana, media hora antes de que empezara el decisivo partido con Nigeria, cuatro millones de ingleses abarrotaban los pubs del país. Y alrededor de diez millones de pintas —66 centilitros— de cerveza eran servidas. Los datos los revela The Sun. A buen seguro, ésa fue la mejor manera de seguir el duelo entre nigerianos e ingleses. Sin amigos y sin cerveza, el partido fue un tostón.

Los que lo siguieron en el estadio entonaron un par de veces el God save the Queen para combatir el aburrimiento. El resto del planeta lo siguió entre bostezos. Inglaterra pasó, sí, pero cómo pasó. En 90 minutos echó por tierra los buenos apuntes exhibidos ante Argentina. Ayer, en Osaka, no hubo goles. No hubo ni siquiera tarjetas, síntoma de que unos y otros se tomaron el partido como un entrenamiento. Y eso es especialmente grave en Inglaterra, que sigue viva en el Mundial, pero que deberá ofrecer más ante Dinamarca.

Eriksson repitió el equipo que tumbó a Argentina. Él es así de práctico, de frío, de sueco; como Ikea, vamos. Por ello no altera el decorado, con el Leeds (Mills-Ferdinand) y el Arsenal (Campbell y Cole) en defensa, una media puro United (Beckham-Butt-Scholes) y un ataque red (Heskey-Owen). Mimbres que, a priori, dan para algo más que para apostar por el patadón.

Inglaterra no jugó y apenas bajó el balón al césped, allí donde Owen enciende la luz. Sus acciones revolucionan un equipo volcado a la derecha, dependiente en exceso del costado de Beckham. Si Inglaterra empató fue gracias a la candidez de Nigeria, donde Onigbinde introdujo siete cambios para castigar a las vacas sagradas. Entre los nuevos destacó Opabumni (17 años). Nigeria amagó, pero no dio. Su mejor ocasión llegó por una cantada de Seaman al no blocar una falta de Okocha, pero Aghahowa erró el posterior remate.

Hasta la fecha, Seaman no ha tenido papeletas difíciles que resolver, pero sus manos tiemblan a cada disparo y estoy seguro de que no ve bien de lejos. Su tembleque causó el mayor aviso nigeriano (30’). Poco después llegó la mejor ocasión inglesa, con un latigazo de Scholes que Enyeama desvió al poste cuando el balón iba a la escuadra. Siguió el sopor, el tedio sólo roto por la algarabía cuando desde Miyagi llegó el eco del gol sueco a Argentina. Eriksson sonrió. Sus paisanos daban un nuevo achuchón al Mundial enviando a casa a otro grande. Pero los suyos, los ingleses, los que él dirige, seguían su lento caminar hacia el pitido final con el único sobresalto de un centro chut de Cole que se paseó como un gato por el larguero. ¡Uyyyy!