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CARLOS ZULUAGA

Ogueta, un fenómeno de la pelota

Ha muerto Ogueta, tenía 66 años y un cáncer le ha sacado de las canchas. Los mayores le recordarán por su forma de jugar o su elegancia, pero para los más jóvenes José Mari Palacios, Ogueta, era, además de un mito en el mundo pelotazale, el comentarista de televisión, ese que llevaba cada fin de semana a miles de hogares lo mejor de este deporte.

Dos veces se proclamó campeón manomanista en 1958 y 1959, a los 16 ya había sido campeón de España amateur. Destacó por su espectacularidad en los duelos por parejas, en los que concedió grandes ventajas a sus rivales de la época. Muchos de los que vieron en acción a Ogueta dicen que fue el mejor que ha habido y que habrá por parejas, de hecho, mereció el nombre que le puso la afición de "el ciclón alavés". Era de un juego espectacular, su gancho de izquierda desde el cinco dejaba la pelota seca justo encima de la chapa.

Hace unos años un periódico de Álava cumplió sus Bodas de Oro y para celebrarlo reunió en el Teatro Principal a ciudadanos y entidades alavesas que resumieran por sí mismos una década en la historia de Álava en esos últimos 50 años. Por allí desfilaron el Baskonia, el Festival de Jazz, etc. y para ejemplarizar la década de los 60 eligieron a Ogueta.

José Mari, hecho un dandy, subió al escenario para recibir la habitual placa e Iñaki Gabilondo, que presentaba el acto, le preguntó que hubiera pasado si en vez de jugar a pelota en esos años lo hubiese hecho en la actualidad con toda la repercusión mediática de hoy en día, "hubieras sido un personaje famoso" le dijo el presentador radiofónico, acto seguido Ogueta le cortó en seco y con esa socarronería característica le contestó "Ojo, yo entonces ya fui un fenómeno, pregunta entre el público" el respetable esbozó esa sonrisa cómplice de asentimiento.

Como comentarista de pelota en Tele 5 ha sido todo un crack. Analizaba el partido y los tantos mojándose, con sabiduría y sin cortarse un pelo a la hora de criticar a los jóvenes pelotaris, con mucha clase pero sin hambre de victoria, como él la tuvo.

Ogueta leía rápido los partidos y en seguida sus comentarios daban en la diana con respecto al material, el frontón, el momento de forma del pelotari, etc. Una auténtica gozada para el aficionado que el próximo sábado, por cierto desde el frontón Ogueta de Vitoria, se sentará delante del televisor para ver el Beloki-Olaizola I, y junto a Josetxo Lizarza no aparecerá su habitual compañero, entonces apenados, añoraremos aquello de "hola, ya le ha dao".