Goran Drulic volvió ayer a correr. El fichaje más caro de la historia del Zaragoza (2.150 millones de pesetas) se ha marcado incluso fecha para debutar con el equipo aragonés. "Para el primer fin de semana de enero puedo estar ya en condiciones", declaró más como un deseo que como una fecha cierta. "El día 28 de noviembre —añadió— tengo revisión en Madrid con el doctor Guillén y él me dirá cuándo puedo tocar el balón".

El yugoslavo, inédito hasta el momento, se mostró ilusionado con estar ya sobre el campo aunque está todavía pasado de peso tras el enorme trabajo de gimnasio (ocho horas diarias) con pesas, algo que viene realizando después de la intervención quirúrgica que sufrió a primeros de agosto después de su rotura de ligamentos cruzados y menisco de la rodilla derecha.

"Me encuentro mejor de lo que esperaba, no tengo molestias, pero hay que ir despacio. Hago pesas desde hace tiempo, por eso comenzar a correr junto a mis compañeros es ilusionante. Ahora tengo oportunidad además de convivir con ellos", precisó.

Los que no estuvieron presentes en la sesión preparatoria de ayer fueron el centrocampista paraguayo Roberto Toro Acuña, al que se espera el sábado para poder jugar el domingo frente al Real Madrid, y el delantero croata Mate Bilic. Ambos jugadores están concentrados con sus respectivas selecciones naciones, y sus bajas fueron cubiertas por los jugadores del Zaragoza B César y Generelo, además del guardameta Rubén, que se entrena habitualmente con el primer equipo.

Rojo ensaya contra la presión.

Durante el entrenamiento, Chechu Rojo trabajó con especial intensidad la salida desde la defensa con el balón controlado, en previsión de la posible presión que el Madrid pueda imprimir a su línea atacante como hizo en algunos tramos del choque ante el Barça. Así, Cuartero, Aguado, Paco y Esquerdinha fueron los defensas titulares con Juanmi en la portería, mientras que Rebosio, Sundgren, el jugador del filial César Giménez y Pablo fueron los improvisados rivales. Sin embargo, Rojo mantendrá la misma defensa del Ruiz de Lopera. Es decir, Pablo, Aguado, Rebosio y Sundgren. Rojo corrigió movimientos y buscó la salida en velocidad de sus laterales, en busca de profundidad por la banda.