Ciclismo | Rubiera
"Es un halago hacer historia junto a Lance"
Chechu Rubiera se crió en Baldornón, una aldea vecina a Gijón, donde comenzó a dar sus primeras pedaladas sobre un triciclo entre vacas asturianas, mientras su familia comerciaba con la leche. Ahora tiene 28 años, trabaja para un equipo estadounidense y se cotiza como el mejor gregario del mundo.
-Me parece uno de los mejores halagos que puedo recibir, porque procede de un campeón que está a la altura de Indurain, Merckx o Hinault. Para mí es un elogio poder hacer historia junto a Armstrong en el Tour.
-En el Tour sí me dijo que estaba contento con mi trabajo, pero fue a Rominger a quien le comunicó que quería que corriera siempre a su lado. También le preguntó: "¿Tienes más Rubieras para el US Postal?"
-Eso no lo sabía, pero sí que una vez comentó que quería tres Rubieras y tres Hincapies.
-No. Yo no puedo ganar el Tour, así que es un honor ayudar a Lance. Además, el calendario ofrece opciones para todos.
-Me da mucha pena que desde fuera se le vea así, porque tengo la suerte de convivir con él y sé que es todo lo contrario. En el hotel es uno de los más simpáticos y graciosos, pero a la gente se le ha quedado la imagen de los guardaespaldas. Lo hace para distanciarse del agobio mediático, pero realmente es un tío normal y buena persona.
-Me quedo con su capacidad de asimilar los entrenamientos duros. Ése es su secreto.
-En la etapa de Alpe d´Huez, muchos creían que Lance lo estaba pasando mal. Heras y yo nos quedamos con él. Queríamos tirar, pero nos decía que tranquilos, que iba muy bien. Se me grabó su frialdad.
-Lance me dijo que tirara a bloque. Fueron sólo 500 metros, pero debí hacerlos muy fuertes, porque cuando paré sólo quedaban detrás Ullrich y Kivilev.
-Sí. El día de la fuga le pregunté si tirábamos y me dijo: "tú tranquilo, que en la montaña vais a ver un show".
-Sí, él quiere aprender español y nos corregimos mutuamente.