Manuel Ruiz de Lopera, presidente del Betis, acompañado del entrenador, Juande Ramos, irrumpió y desmanteló en la madrugada del miércoles al jueves una fiesta de Halloween que se estaba celebrando en el domicilio de un jugador verdiblanco y en la que participaba gran parte de la plantilla bética.

Según parece, Lopera recibió una llamada que le comunicó la reunión de muchos de sus jugadores en casa de uno de ellos. La mayor parte de la plantilla se desplazó después de la cena al domicilio de ese futbolista para pasar un "rato agradable". Pero la sorpresa llegó cuando Lopera, junto con Juande Ramos, Carmelo del Pozo, preparador físico; José Antonio González Flórez, gerente del club, y Luis Del Sol, secretario técnico, se personaron en la fiesta.

Lopera andaba algo molesto por los comentarios que le habían llegado en las últimas semanas acerca de las salidas nocturnas de algunos de sus jugadores. Incluso le advirtió del hecho al técnico, Juande Ramos, quien quiso aplacar su furia. Pero el presidente andaba con la mosca detrás de la oreja y en la madrugada del miércoles, tras recibir una llamada, no dudó en acudir al lugar del acontecimiento.

La aparición de Lopera dejó congelados a los futbolistas, que no entendían qué estaba ocurriendo. El presidente les recriminó su actitud. Alguno de los jugadores fue valiente y le reprochó su presencia allí. El escándolo lo desveló al mediodía de ayer la web muchodeporte.com. Es seguro que habrá multa para los jugadores, como estipula el libro de régimen interno.

La cronología de los hechos

22:00: La mayor parte de la plantilla se reúne para cenar, algo habitual en el Betis y en la mayoría de los equipos. Posteriormente, se desplazan a la casa de uno de los componentes de la plantilla.

1:30: Manuel Ruiz de Lopera es informado de la fiesta de sus jugadores y se marcha al domicilio de Juande Ramos para pedirle que le acompañe. Con Lopera iban Del Sol y el gerente del club. Lopera quiso también que presenciara la escena el preparador físico, Carmelo del Pozo.

2:00: El presidente, junto con su séquito, llega a la zona residencial de Simón Verde, lugar donde estaban celebrando la fiesta los jugadores. Los coches de los futbolistas estaban aparcados en las inmediaciones del chalet de uno de ellos. La puerta exterior se encontraba abierta, por lo que Lopera entró al jardín sin dificultad. Allí aparecieron los primeros jugadores. "Muy bonito, muy bonito. De usted no me esperaba eso", repitió en varias ocasiones Ruiz de Lopera, quien se encargó de recoger algunas imágenes de todo lo que ocurrió allí. Tras muchas discusiones, la fiesta quedó desmantelada y comenzó la polémica.