Un ciclista campeón de scalextric

Capítulo 1. Freire nació en el barrio de Covadonga, el lugar más humilde de Torrelavega, y la picaresca forma parte de su vida. Por ejemplo, siempre iba con una cuchara en el bolsillo y cuando entraba en los supermercados se comía un yogur o unas natillas. Su sencillez la conoció Michele Bartoli cuando Óscar le preguntó cada cuánto tiempo cambiaba las ruedas a su coche. "Tengo un Ferrari"”, contestó el italiano. "Pues yo un Opel Corsa", replicó el cántabro. Su origen también le dio un punto de rebeldía, sobre todo en la mili: "Cuando me castigaban por no ir afeitado, le decía al sargento: ¿En la guerra sirve de algo estar sin barba?".

Capítulo 2. Nada más llegar a Lisboa, bajó de la habitación y preguntó: "¿Dónde está el restaurante?". La comida era una hora después, pero no había cambiado el reloj. "Si he mirado la hora en el teletexto", argumentó. Pero lo hizo en el teletexto de TVE (hora española). Dos días después se perdió en el entrenamiento y tuvo que volver en taxi al hotel. El año anterior había hecho una parecida, porque se le olvidaron las zapatillas y tuvo que subir al podio con zapatos italianos. Cuando era amateur siempre olvidaba algo: el casco, el culotte... y hasta la bicicleta.

Capítulo 3. Cuando ganó el oro en Verona había estado inactivo casi toda la temporada por una lesión en una rodilla, que le operó el doctor Guillén. En 2001 también se ha perdido la mitad de la campaña por unas molestias crónicas en la zona lumbar, cuyo origen desconoce. Aun así, ha vuelto a conseguir el maillot arcoiris.

Capítulo 4. Cuando se sube a una bici se transforma y sabe controlar todas las situaciones. Tiene un don para el deporte. Hubiera sido bueno en cualquier cosa. De hecho, ha sido campeón de España de algo tan singular como el Scalextric.